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JESÚS GONZÁLEZ
Lunes, 29 de abril 2013, 11:07
Un total de 3.875 inmuebles de la ciudad presentan un estado de conservación deficiente, malo, o directamente están en ruinas. Así lo recogen los datos del Censo de Población y Vivienda que cada diez años elabora el Instituto Nacional de Estadística y cuyos últimos resultados -recogidos a lo largo de 2011- se están dando a conocer estos días.
En Avilés se computan un total de 43.959 inmuebles repartidos en 5.888 edificios. De ellos, 41.318 son viviendas y el resto son propiedades destinadas a otras funciones dentro de edificios cuyo principal función es la residencial. Con esos datos, se observa que en torno al 9% del total de inmuebles de la ciudad muestran problemas en su estado de conservación.
El censo dado a conocer por el INE señala que 3.319 de ellos presentan un estado deficiente, 452 están en malas condiciones y 104 ya han llegado a un estado ruinoso. En total, son cerca de 950 edificios del municipio que presentan problemas en su conservación de diversa índole y que en su mayor parte fueron construidos entre las décadas de 1950 y 1960. Es decir: durante la explosión demográfica y urbanística que supuso la implantación en la comarca de la siderúrgica ENSIDESA.
En ese periodo, de hecho, se construyó el 40% del total del parque de viviendas del municipio, mil más de las que se levantaron en las tres últimas décadas. Entonces, se construyeron 17.839 de las más de 41.000 propiedades inmobiliarias registradas actualmente en la ciudad.
Urbanismo explosivo
Pero el caso es que, posiblemente por el 'explosivo' modo en que se desarrolló el urbanismo de la ciudad -y del conjunto de la comarca- en aquellos primeros años de la actividad siderúrgica, cerca de dos mil de los 3.875 inmuebles que presentan una deficiente conservación en la actualidad se levantaron entre 1951 y 1970. Además, 27 de los 104 inmuebles en ruinas en el municipio fueron construidos en la década de 1950, cifra equiparable únicamente al estado que presentan inmuebles levantados entre 1900 y 1920 -26 de ellos están ruinosos-, y en siglos anteriores al XX -hay 25 en ruina-.
En el extremo contrario, los que presentan mejores condiciones de conservación, se encuentran lógicamente edificios más modernos. Pero no precisamente los más nuevos. En términos generales, el menor porcentaje de edificios con deficiencias o mal estado se encuentra en el grupo de los construidos en la década de 1991 a 2001. Apenas hay 67 propiedades inmobiliarias con deficiencias de las 5.302 existentes. En cambio, entre los 3.670 construidos en la década posterior -hasta 2011-, se encuentran 12 inmuebles en estado deficiente y 3 con una mala conservación.
Lo que recoge el censo elaborado por el Instituto Nacional de Estadística para Avilés tiene también su reflejo en los concejos de Castrillón y Corvera, cuya evolución en las últimas décadas también estuvo muy unida a la llegada de la gran industria siderúrgica, en especial el último de ellos.
En Castrillón, algo menos de quinientos de los 13.123 inmuebles registrados en el concejo presentan deficiencias o un mal estado de conservación. Por edad de los edificios, los grupos con mayor número de viviendas y locales con defectos son los construidos antes de 1900, un total de 79, o entre 1951 y 1960, con 76 en esas condiciones.
La correlación entre la explosión demográfica de la comarca desde la década de 1950 y el estado de su parque de viviendas es mucho más evidente en el caso del concejo corverano. Allí se registran 8.765 propiedades inmobiliarias, de las que 37 están en ruinas, 87 en malas condiciones y 342 en un estado deficiente. De estas últimas, 242 fueron construidas precisamente entre 1951 y 1970. Una proporción similar se da también en el caso de los inmuebles en malas condiciones o en ruina en el concejo de Corvera: mayoritariamente se construyeron durante las primeras décadas después de la llegada de ENSIDESA. En el caso de este concejo, los efectos de aquel urbanismo explosivo son aún más evidentes que en el caso de Avilés en núcleos como Trasona o Las Vegas, antiguas aldeas reconvertidas de la noche a la mañana en barriadas de periferia industrial.
Pisos vacíos
Pero además del estado de conservación de los inmuebles, el Censo de Población y Vivienda del Instituto Nacional de Estadística también recoge otro tipo de cuestiones. Entre ellas, destaca el uso que se dan a las construcciones existentes en la ciudad, especialmente a las de uso residencial.
Ese análisis permite conocer que en torno al 10% del parque de viviendas del municipio está vacío, sin inquilinos ni nadie que resida en las 4.181 pisos que están en esa situación en Avilés.
Se trata de una parte reseñable de las 41.318 viviendas registradas en la ciudad, que en su mayoría -un total de 35.805-, son utilizadas por sus propietarios como primera residencia. A esa cifra hay que añadir además las 1.352 casas que en el municipio figuran como segunda residencia.
En lo que se refiere a las viviendas vacías en la ciudad, cabe destacar nuevamente que casi la mitad de los 4.181 pisos que se encuentran en esa situación se construyeron también a lo largo de las décadas de 1950 y 1960. No obstante, también existe un nada despreciable volumen de pisos construidos más recientemente que tampoco tienen un uso aparente.
Así, hay 568 viviendas construidas en la década pasada que no están ocupadas por nadie, a las que se suman otras 187 de la década anterior. De todos modos, son cifras alejadas de las 1.105 viviendas vacías de la década de 1960, o las 856 de la de 1950. El siguiente grupo en importancia, 499 pisos desocupados, se construyó en la década de 1970.
Esas proporciones se mantienen de forma similar en el caso de los pisos que aparecen como de segunda residencia en la ciudad, lo que podría deberse en buena medida al retorno a sus lugares de origen de buena parte de los trabajadores que llegaron desde otros puntos de España con la implantación de ENSIDESA. Ese retorno, no obstante, no les habría llevado tampoco a romper lazos con Avilés y con la que fuera su vivienda desde su llegada a la ciudad, a partir de la década de 1950. De ese modo se explicaría que casi la mitad de las 1.352 viviendas utilizadas como segunda residencia en Avilés fueran construidas entre las décadas de 1950 y 1960, mientras que las construidas en los últimos 25 años apenas supongan el 21% de las casas que aparecen registradas con ese uso.
Un caso distinto, dentro de la comarca, es el concejo de Gozón, en el que el peso de la implantación de la gran industria en su desarrollo urbanístico posterior no fue tan determinante como en Avilés, Castrillón y, especialmente, Corvera.
De hecho, en Gozón se observa una mayor incidencia de viviendas unifamiliares, así tiene cerca de 800 edificios más que Corvera, pero un total de 8.295 viviendas frente a las 8.765 del concejo corverano. Además, el grueso de esos inmuebles se construyó -a diferencia de lo ocurrido en el resto de la comarca-, en las dos últimas décadas. En ese periodo se levantaron nada menos que 3.021 del total.
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