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I. VILLAR
Lunes, 29 de abril 2013, 10:44
La nieve se resiste a abandonar Asturias. Tras un invierno especialmente blanco, la primavera se acerca a su ecuador de nuevo con cumbres blanqueadas. Si anteayer los primeros copos afectaban a la circulación por los puertos de Ventana y de San Isidro y por la carretera de Los Lagos, la persistencia de las nevadas, más intensas durante la noche del sábado, obligaban ayer a usar cadenas para transitar por quince altos de la región. A los dos puertos anteriores se sumaron los de El Palo, Leitariegos, Connio, Tarna, Collada de Arnicio, La Cobertoria, La Colladona, Cerredo, Somiedo, San Lorenzo, El Acebo, La Marta y Pozo de las Mujeres Muertas. A última hora de la tarde la situación se mantenía invariable en siete de ellos. También fue necesario equipar los neumáticos con un agarre adicional para circular por la AS-252, que une Laviana con Cabañaquinta, y por la carretera de Següenco (CO-2), en las proximidades de Cangas de Onís.
La Agencia Estatal de Meteorología advertía del riesgo de nevadas a partir de los 500 metros, e incluso localidades situadas por debajo de esa cota, como Pola de Lena, amanecieron con los tejados de las casas cubiertos. También llegaron los últimos coletazos invernales a la costa, y por ejemplo en Gijón una impetuosa tormenta de granizo en plena noche tiñó por completo las calles de blanco, al menos durante unos minutos. No fue tan fugaz, sin embargo, el efecto de este frente en los pueblos más próximos a la Cordillera. La localidad cabraliega de Sotres vio cómo se acumulaban en el suelo hasta 50 centímetros de nieve. Algo menos cubrió en Tielve, aunque suficiente para dejar de nuevo un paisaje de lienzo blanco. Ponga también vio espesores de hasta cuatro centímetros en localidades como Casielles o Viboli.
Asturias no fue la única comunidad tomada por la nieve, que llegó también a puntos como Huesca, Burgos, Cuenca o Castellón, aunque sí fue la que registró temperaturas más bajas. En Pajares los termómetros no se movieron de los cinco grados bajo cero entre las cuatro y las ocho de la mañana de ayer, una cifra solo igualada por Palencia. En Degaña hubo -3,2 grados, en San Antolín de Ibias -1 y en Aller -0,3 grados. La máxima de la jornada se registró en el aeropuerto, y se quedó en tan solo 12 grados.
La Aemet advierte de que la borrasca seguirá sobre la Península hasta la segunda mitad de esta semana y anuncia lluvias débiles o moderadas, «localmente persistentes y ocasionalmente tormentosas». La cota de nieve avanzará a lo largo del día desde los 600 hasta los 900 metros.
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