El PP y Foro de Gozón ponen fin a 20 años de unión con Carreño

Los nueve votos del PP y de Foro de Gozón fueron suficientes para poner fin a más de 20 años de unión con el municipio de Carreño. Fue el resultado de la propuestas de «separación» del Ayuntamiento de Gozón de la Mancomunidad del Cabo Peñas. Antes, los grupos políticos de la oposición, PSOE e IU, abundaron en críticas y descalificaciones tanto al ejecutivo como al grupo municipal de Foro. Entretanto, entre los pocos asistentes a esta sesión fijada para las nueve de la mañana, se encontraba un nutrido grupo de trabajadores de la Mancomunidad interesados en presenciar el debate. La primera en tomar la palabra fue la primer teniente de alcalde, Isabel Muñiz, quien subrayó que la propuesta «no es plantear la disolución sino una reestructuración que sea efectiva». Un argumento al que el portavoz de Foro, Carlos Badallado, quiso poner claridad al justificar su respaldo a la separación porque «no se puede admitir que este órgano genere un gasto para las dos administraciones de 900.000 euros anuales. El edil de Foro puntualizó que «de no alcanzar un acuerdo se llegaría a la disolución. Solo defendemos que cada Ayuntamiento se haga cargo de los servicios que necesita y puede pagar».

A su vez, el portavoz del PSOE, Jorge Suárez, puso el acento en que la decisión representa la pérdida de 14 puestos de trabajo. Añadió que, al igual que hizo Carreño, se pueden reajustar los gastos municipales para su sostenimiento.

«Odio e inquina» del alcalde

Mientras, su homólogo de IU, César Fidalgo, acusó al alcalde Ramón Artime de ser el artífice de esta decisión: «Es notorio el odio y la inquina personal que siempre manifestó sobre la Mancomunidad».

Respecto al ultimátum que lanza al vecino Ayuntamiento para que decida en el plazo de un mes, Fidalgo lo calificó de un «chantaje» económico. «En el fondo son unos saqueadores que se aprovecharon cuando interesó la unión y después le dan una patada y la tiran a la basura». El también vocal-delegado de la Mancomunidad reprochó la actitud de Artime de no someter nunca la propuesta de reajuste a la junta de concejales «porque saldría rechazada».