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MARCOS MORO
Martes, 30 de abril 2013, 04:19
La Policía podría abrir en las próximas semanas una nueva línea de investigación en el caso de los envenenamientos de El Lavaderu. La muerte de Juan Gil Millán, 'El Pistolas', no es la única de la que podría responsabilizarse a Andrés Avelino Fernández, 'El Candasu', cuando concluya la instrucción de la causa que se sigue contra él.
Los agentes quieren esclarecer si el exayudante de cocina del popular restaurante de Cimadevilla puede estar relacionado también con la muerte de Isabel Menéndez, 'Matilde', una pintoresca vecina del barrio alto que falleció, aparentemente por causas naturales, hace un año a la edad de 89. La anciana vivía sola en su domicilio de la calle Honesto Batalón y, según han declarado varios excompañeros de trabajo de 'El Candasu', éste se encargaba de llevarle la comida a diario. Tal grado de confianza tenía con esta vecina de Cimadevilla que incluso le hacía los recados y le cobraba la pensión en el banco. A ojos de todo el mundo, Andrés se comportaba con esta mujer, y con algunas otras personas mayores del barrio, como el perfecto buen samaritano.
La Policía considera verosímil que la persona que rociaba periódicamente la comida y bebida de quienes trabajaban con él en El Lavaderu con Colme también pudo ser capaz de administrar esta sustancia empleada para deshabituar a alcohólicos crónicos en los alimentos que proporcionaba a 'Matilde'.
Para indagar más en el tipo de trato que tenía 'El Candasu' con la anciana fallecida, la Policía ha llamado a declarar el próximo lunes a la Comisaría de El Natahoyo a Fernando Navareño, el chef que sustituyó a Juan 'El Pistolas' tras la muerte fulminante por infarto de éste en la cocina de El Lavaderu en mayo de 2011. Navareño perdió 30 kilos en dos meses tras ingerir un brebaje para adelgazar que le dio el supuesto autor de los envenenamientos.
Problemas psíquicos
Andrés Avelino Fernández, de 55 años, permanece desde el pasado 5 de febrero en prisión preventiva. El que fuera ayudante de cocina de El Lavaderu durante ocho años, y al que la juez Ana López Pandiella imputa 14 homicidios en grado de tentativa, sigue un programa de Alcohólicos Anónimos en la Unidad Terapéutica y Educativa (UTE) del centro penitenciario de Villabona. Desde su ingreso en prisión forma parte de un grupo de autoayuda con otros reclusos con dependencia de la bebida y de otras sustancias tóxicas. Allí recibe medicación en dosis prescritas desde la Enfermería del centro penitenciario. Fuentes de la UTE aseguran que el reo ha evidenciado durante su estancia carcelaria que «está psíquicamente mal».
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