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Cristian Viña en el polideportivo de La Magdalena. :: SERGIO LÓPEZ
Cristian Viña irrumpe en el Toscaf Atlética
Balonmano

Cristian Viña irrumpe en el Toscaf Atlética

Juan Muñiz le dio la alternativa ante el Seis do Nadal el pasado sábado y todo hace indicar que debutará en casa ante el Atlético Novás El espigado lateral juvenil es la última apuesta de futuro de la prolífica cantera avilesina

SANTY MENOR

Viernes, 26 de abril 2013, 03:30

La prolífica cantera de la Atlética Avilesina, representada en las categorías inferiores del Bosco, ha dado una nueva perla. Responde al nombre de Cristian y juega de lateral, una posición en la que no es habitual encontrarse en Primera Nacional a jugadores de 191 centímetros de altura. Aunque tan solo lleva jugando al balonmano cuatro años, este castrillonense, natural de Piedras Blancas, nacido en 1995, ya había debutado en categoría senior la pasada campaña en las filas del Viajes Turyva Atlética Avilesina. El sábado, en Coia, hizo lo propio en categoría nacional.

«Lo cierto es que se nota bastante el cambio de ritmo y de envergadura de los rivales. Además, que el Seis do Nadal sea uno de los mejores equipos de la categoría también nos complicó un poco las cosas, pero lo cierto es que me encontré a gusto, los compañeros y el cuerpo técnico me ayudaron mucho y me quedo con la experiencia, que ha sido muy bonita. Ojalá pueda debutar en casa el sábado en el último partido de Liga», expone el jugador.

Pese que ya es mayor de edad, no es habitual ver, hoy en día, a jugadores juveniles con tanta facilidad de palabra como Viña. El prometedor lateral destila responsabilidad, serenidad y ambición. «Voy a seguir estudiando en Asturias el próximo curso, posiblemente haga algo en Gijón, y por ello espero quedarme en la Atlética, ya sea en el Turyva o en el Toscaf. Ojalá sea en el primer equipo, pero para ello tengo que seguir trabajando fuerte a ver si continúan confiando en mí. Yo estoy a disposición del club», asegura.

La historia de Cristian es curiosa, ya que no es un jugador de balonmano al uso. Como los que fueran sus compañeros en el Bosco, Abel y Adrián, el de Piedras Blancas jugó al fútbol hasta la edad de cadete, concretamente como defensa central en el Real Avilés. Debido a su envergadura y a la pasión por el balonmano de su padre, accedió a probar en el Bosco y, como le ocurrió a Abel, acabó enamorado de este deporte. «Apenas conocía el balonmano. Sólo de verlo por la tele y porque le gustaba a mi padre. Pero lo cierto es que desde que empecé a entrenar, me encantó y aquí sigo, con ganas de seguir jugando mientras pueda». Ahora con más motivo, ya que el ascenso del Juanfersa Gijón a Asobal hace aumentar la ilusión de los más jóvenes. «Está claro que sirve como motivación, aunque es evidente que es muy complicado llegar a jugar en la máxima categoría a nivel nacional. Me alegro por Adrián, que se lo merece, y por el balonmano asturiano. Ojalá el año que viene consigamos que un equipo de Primera dé el salto a División de Honor, mejor si es el Toscaf».

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