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RAMÓN MUÑIZ
Domingo, 21 de abril 2013, 12:36
El Plan Estratégico de Residuos 2014-2024, que ayer cerró la fase de alegaciones para ciudadanos y asociaciones, propone construir una incineradora capaz de consumir 340.000 toneladas de basura al año, aprovechando la quema para generar electricidad. La planta es más pequeña que la proyectada en 2005, cuando el Principado hablaba de echar al fuego 450.000 toneladas al año. También resulta inferior a la de 420.000 toneladas que Cogersa empezó a tramitar en 2010 y luego descartó forzada por una sentencia en contra. Sin embargo estas comparaciones merecen un matiz. El esquema que ahora señalan los técnicos contratados por la Consejería de Medio Ambiente incluye una segunda línea de quema. Una parte de la basura arrojada por los ciudadanos y los centros comerciales no entraría en la incineradora pero se prepararía para su combustión en instalaciones industriales al margen de Cogersa.
El asunto está descrito en el borrador utilizando una terminología técnica: el combustible derivado de residuos (CDR). La idea que proponen los técnicos es la de coger las 310.154 toneladas de 'bolsa negra' (residuos urbanos y de origen comercial sin clasificar o que llegan mezclados) y tratarla en una planta de clasificación. El 73% de este desperdicio nutriría luego la incineradora de Cogersa, pero hay otro 20% que, tras ser triturado, desecado y cribado, vería su poder calorífico aumentado, convirtiéndose en CDR. Su destino sería el de alimentar los hornos del «sector cementero u otras industrias con tecnologías de combustión dentro de Asturias».
Los cálculos oficiales estiman en 40.000 las toneladas de residuo que las empresas echarían al fuego. Los técnicos destacan que el aprovechamiento de la basura como combustible (los CDR) está funcionando «como sustituto del carbón, en calefacciones urbanas y en usos industriales».
Los datos hasta aquí expuestos forman parte del 'modelo A', que es el que aconsejan los redactores del Plan. Para comprobar su virtud, lo enfrentaron a otras tres opciones, ninguna de las cuales incluía una incineradora para Cogersa. Tras confrontarlos, los técnicos apostaron por el 'modelo A', al calcular que el resto de esquemas retardaban el cumplimiento de los objetivos de reciclaje que impone la ley.
CC OO ha cursado, dentro del periodo reglamentario, una alegación contra este veredicto. El sindicato, en un comunicado emitido ayer, considera que «la construcción de una incineradora resultaría una aberración, ya que el volumen de residuos necesarios para alimentarla implicaría no avanzar en las tasas de recuperación de los mismos».
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