Alimentos y clonación, principales preocupaciones éticas de los escolares

Dice Marcelo Palacios que el programa pedagógico es la «joya de la corona» de la Sociedad Internacional de Bioética que preside. Por eso ayer era el anfitrión perfecto y feliz de decenas de estudiantes de siete centros de Secundaria que tenían cita en la sede de la sociedad para debatir sus consideraciones éticas. Cada uno la suya, a través de siete equipos de seis miembros cada uno.

Según rememoró Marcelo Palacios, la idea surgió de un acuerdo entre la Sibi y el Centro de Recursos y Profesores de Gijón y de Oriente, mediante el cual alumnos de Bachillerato elaboraban ponencias que debatían entre sí los distintos centros. Ayer era ese día, el del encuentro de alumnos y profesores del colegio Corazón de María, de Gijón; de las Ursulinas, de Gijón; del Instituto de Educación Secundaria El Cristo del Socorro, de Luanco; el Llanera, de Posada de Llanera; el Jovellanos, de Gijón; el Monte Naranco, de Oviedo, y el Alfonso II, de Oviedo.

A pesar de ser equipos diferenciados de centros, públicos y privados, distantes incluso entre sí, lo cierto es que los temas a poner en común en la mesa redonda fueron coincidentes. La clonación y los alimentos centraron la atención de esta «sabia nueva» que llega a la bioética, en su mayor parte desde primer curso de Bachillerato. Los institutos Monte Naranco de Oviedo y Jovellanos de Gijón optaron por la clonación, mientras que el de Llanera y el de Luanco lo hicieron por los alimentos, al tiempo que el colegio de las Ursulinas clamaba justamente por su contrario: por la falta de ellos, por el hambre y la forma de atajarla. El consentimiento informado fue la apuesta del instituto Alfonso II de Oviedo y la bioética la del colegio Corazón de María de Gijón. «Ellos son el futuro», resumió Marcelo Palacios.