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A. P.
Lunes, 15 de abril 2013, 11:12
El Colegio Enrique Alonso acogió el pasado jueves una sesión de la Escuela de Familias, en la que se habló de 'El desarrollo Psicosocial en la segunda y tercera infancia: de 3 a 12 años'. La charla corrió a cargo de la psicóloga María Eugenia Vigil, del servicio de Salud Mental Infanto Juvenil de Avilés.
-¿Qué quería plantear durante la charla?
-Las cosas que tendrían que saber los padres del desarrollo de la segunda (de 3 a 6 años) y de la tercera, de 6 a 11. Desde mi experiencia como profesional, aquellas cuestiones que me preocupaba cuando recibo a los padres y sus peticiones de ayuda. Observo que hay muchas cuestiones de la vida de los niños se psicologizan o se psiquiatrizan. Por ejemplo, que unos padres se preocupen porque su hijo a los tres años tenga miedo a la oscuridad y quieran pedir ayuda a un profesional es psicologizar una cuestión normal.
-¿Por qué cree que ahora se acude más a la ayuda profesional?
-Tengo la sensación de que como cada vez hay menos niños los padres tienden a mirarlos y a atenderlos mucho en determinados aspectos. De alguna manera ahora no se ven preparados y creen que pueden tener traumas, cuando hay que hacer a los niños fuertes, no son merengues que se deshacen. Hay un temor al no saber hacer las cosas y estamos ante un cambio generacional de valores. Ahora parece que no nos vale lo de nuestros antepasados, no copiamos lo que hacían nuestras madres pero nos cuesta elaborar cuestiones diferentes porque eso da miedo. El psicólogo infantil David Elkind habla de 'niños apresurados', y dice que las presiones de la vida moderna están forzándoles a crecer demasiado pronto y que su infancia sea muy estresantes.
-¿Cómo se puede distinguir un problema de un proceso normal?
-Lo primero es entender en qué momento evolutivo está el niño, qué es lo esperable para estas edades y que estas cuestiones van a ir evolucionando. Si no se sabe y es algo que preocupa, la forma de darle tranquilidad al niño no va a ser desde la tranquilidad sino desde la preocupación, por lo que no se va a favorecer que el niño obtenga tranquilidad con la respuesta. Se traspasan las angustias de los padres a las del niño. Me parece muy importante que los padres conozcan el proceso evolutivo por el que pasan los hijos. Los pediatras ayudan a los padres a conocer el proceso biológico, en la escuela se ayuda con el proceso cognitivo y me parecía que debíamos de tocar el aspecto psicosocial: cómo se desarrolla el yo y el 'yo en el mundo' en cuanto a las relaciones con otras personas, con sus padres y sus hermanos, con otros adultos...
-¿Podrían corregirse estas cuestiones?
-Sí, en la adolescencia concluye de alguna manera su cambio. Podrán arrastrar cosas, pero no se puede decir que se vayan a quedar sin resolver. Es verdad que es importante que vayamos resolviendo lo que nos toca en cada etapa de la vida, pero también es cierto que estamos en constante evolución y por eso se llama desarrollo evolutivo. Unos lo hacen primero y otros después, por eso a mi me preocupa la 'prisa' y que se fuerce el desarrollo evolutivo. Hay que permitir que cada niño tenga su propio proceso evolutivo.
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