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I. GÓMEZ
Martes, 26 de marzo 2013, 02:51
Uno de los investigadores más reconocidos del medio rural asturiano, el antropólogo Adolfo García Martínez, abrió ayer el V Foro Comunicación y Escuela del instituto Elisa y Luis Villamil de Vegadeo con una apasionada defensa de la cultura tradicional, el saber de los 'paisanos' y la forma de vida de los pueblos. Explicó que «crisis» es el resultado de un proceso que comenzó a mediados del siglo pasado y en el que la mujer ha desempeñado un papel crucial. Y del mismo modo, aseguró, «tiene que tenerlo en su recuperación».
García presentó a los cerca de 200 alumnos de Secundaria de Vegadeo y Navia que asistieron a la ponencia el esquema de la familia tradicional de la zona rural, en la que surgía cierto enfrentamiento entre la madre y la esposa del «heredero». Esta segunda mujer, explicó, debía dejar a su propia familia y asumir los valores y funciones que le imponía su nueva relación política.
Pero, al tiempo, recibía estímulos socializadores externos, que fomentaban unos valores y modos de vida más urbanos, que cambiaron su forma de pensar y la llevaron a «hacer una revolución a través de sus hijas». Por esto, «la sociedad rural se rompe desde dentro, pero alimentada desde fuera», apuntó.
En esta transformación, señaló García, tuvo un papel importante la escuela. De hecho, afirmó que «los profesores han sido los principales agentes de desruralización. En lugar de enseñar para adaptar al hombre al medio, lo sacaron del medio».
A su entender, «nunca hubo una escuela rural propiamente dicha. Hubo escuela en el medio rural, pero estaba diseñada desde fuera con pautas urbanas». En esta línea, apuntó que «aun hoy, no hay contenidos de la cultura tradicional, tan rica y diversa, en los currículos escolares. Lo que hay es una cultura externa que penetra en la escuela y ese choque cultural causa fracaso escolar».
Este «robo de la cultura rural» explica que hoy sea difícil «quedarse y volver al pueblo». De un lado, señaló, porque «el hombre del campo empezó a pensar que cualquier obrero de la ciudad vive mejor y eso es un virus que, si se extiende, acabará con el medio rural de toda Europa». De otro, porque los conocimientos sobre qué y cómo hacer en el campo que se adquirían dentro de la familia eran «toda una carrera».
La transmisión de ese saber era, en gran parte, labor de la mujer. Por eso, García considera que de su mano vendrá la recuperación del medio rural. Pero para lograrlo, hay que «revalorizar su trabajo» más allá del hogar. A este respecto, apostó por economías familiares mixtas, donde la cría de ganado de carne -la leche, a su entender, tienes mayores dificultades- comparta espacio con otras actividades, como las turísticas: «No puede haber turismo sin ecología y ésta no existe sin campesinos».
García cerró su participación en el Foro firmando un ejemplar de su obra principal, 'Antropología de Asturias', que quedará en la biblioteca del centro, cuyos alumnos viajarán mañana a Oviedo para realizar un itinerario didáctico por la ciudad.
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