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AZAHARA VILLACORTA
Sábado, 23 de marzo 2013, 13:02
La Mesa Sectorial de Educación convocada esta semana para zanjar el despido de los 2.400 interinos que trabajan en las aulas asturianas el 30 de junio y mandarlos al paro durante julio y agosto para ahorrarles 10,2 millones de euros anuales a las arcas del Gobierno regional con su incorporación durante la primera quincena de septiembre, dejó, en cambio, en el capítulo de «pendientes» otro asunto «sensible» que ocupa y preocupa al profesorado de la región: la nueva normativa sobre bajas y permisos.
Se trata de adaptar al sector de la enseñanza el decreto del Gobierno por el que se estableció que había que recortar de los salarios las retribuciones de los días que los trabajadores de la Administración estén de baja por enfermedad común o por accidente no laboral: el 50% durante los tres primeros y el 25%, a partir del cuarto y hasta el vigésimo.
Pues bien: a falta de confirmar el impacto de este decreto estatal y de cerrar su adaptación económica, lo cierto es que, según las cifras que maneja la consejería dirigida por Ana González, las bajas de los docentes asturianos han caído un 35% desde el inicio de la crisis.
Y si, durante 2009, se registraron un total de 3.620 incapacidades temporales sobre un total de 11.583 funcionarios de plantilla, en 2010 se redujeron hasta las 2.943 sobre un total de 11.089 docentes y, un curso más tarde, sobre una plantilla de 10.932 personas, se situaron en 2.901. Pero es que los números referidos a 2012 supusieron un nuevo desplome, cuando, a falta de contabilizar el mes de diciembre, se situaron en 2.322. O lo que es lo mismo: un descenso del 35% desde el arranque de la recesión.
El tijeretazo del salario se aplica a todo el personal de la Administración del Estado, pero, en el caso de los docentes, las movilizaciones han empezado a dejarse notar con especial intensidad, con protestas tan simbólicas como la del instituto sevillano de Camas, donde los trabajadores han colocado «un hospital de campaña» para que aquellos compañeros que contraigan alguna enfermedad y no quieran solicitar la baja médica para evitar ver reducido su sueldo sean cuidados allí mismo por el resto de docentes.
Del sarampión a la afonía
«Puede parecer una broma, pero no lo es», explican los sindicatos asturianos, que se preguntan «qué puede hacer, por ejemplo, un interino a media jornada que no es ni mileurista más que trabajar» y que cargan contra «la pretensión de penalizar al enfermo», al tiempo que defienden que deben catalogarse como profesionales «enfermedades las infecto-contagiosas, las músculo-esqueléticas y las del aparato fonador» .
Hasta el momento, el cuadro de enfermedades profesionales del Ministerio de Sanidad únicamente considera como afección propia de los docentes los nódulos en las cuerdas vocales. Y, hasta ahora, la catalogación no inquietaba demasiado a los sindicatos, pero, cuando de ella depende que al profesor se le descuente o no dinero con la baja, la cosa cambia sustancialmente.
«Si a nosotros un alumno nos contagian el sarampión o la varicela, no podemos tener la misma consideración que otros trabajadores», argumentan. «Y lo mismo ocurre con otras como la faringitis, afonía o las lumbalgias, así que esperamos un esfuerzo por parte de la consejería».
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