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A. VILLACORTA
Viernes, 22 de marzo 2013, 01:50
La reordenación del mapa escolar asturiano que la Consejería de Educación del Principado pretende concluir a lo largo de esta legislatura ha arrancado ya y, con las primeras propuestas puestas sobre la mesa en distintas reuniones mantenidas con los alcaldes, han saltado las primeras alarmas.
Como explicó la consejera esta misma semana en la Junta General del Principado, «se ha llevado a cabo un primer acercamiento para reorganizar la red de centros de Educación Infantil y Primaria teniendo en cuenta la situación actual de matrícula del alumnado y las previsiones de escolarización a corto plazo». Y ese «acercamiento» no ha gustado nada en lugares como Boal y San Tirso de Abres, que están en pie de guerra por los planes de suprimir varias unidades el próximo curso.
Concretamente, en el centro boalés, el Colegio Público Carlos Bousoño, se plantea el cierre de una unidad de Infantil ante la previsión de trece matrículas, tres menos que las establecidas por la ratio, y otra del segundo ciclo de Secundaria. Y, en la sede santirseña del Centro Rural Agrupado del Occidente, se prevé eliminar una aula de Primaria, lo que uniría en una misma clase a 16 menores de entre 5 y 12 años.
Medidas de protesta
Estos planteamientos -que pasan, necesariamente, por meter tijera- han suscitado las protestas de las distintas comunidades educativas, que, además de solicitar reuniones con la consejera para exponer sus argumentos sobre la peculiaridad del territorio (se trata de zonas rurales con una amplia dispersión poblacional y unas difíciles comunicaciones viarias), han organizado concentraciones y recogidas de firmas contra los ajustes.
Una situación similar se da en el colegio José María Suárez de Cerredo, donde ya se ha anunciado la unificación en un solo grupo de los alumnos de Infantil y la creación de un multigrado con 1º y 2º de la ESO.
Desde el centro han mostrado su oposición a esta medida, apelando a las peculiaridades de la escuela rural. Y también el CPEB de Pola de Allande podría ver agrupada en una sola unidad toda la etapa de Infantil, aunque confían en que la matriculación final supere los 16 alumnos, lo que supondría que, teniendo en cuenta las ratios aplicadas por el Principado, finalmente se creasen dos unidades.
Mientras, en Cangas del Narcea, desde la consejería se planteó al Ayuntamiento el cierre de aulas en alguno de los Centros Rurales Agrupados, pero el Consistorio expuso las dificultades orográficas del concejo y el problema que supone la distancia a otros centros. De momento, está previsto que el mapa quede como hasta ahora.
Ante esta situación, el sindicato SUATEA se ha posicionado del lado de la escuela rural e insta a la consejería liderada por Ana González a tomar en consideración la «singularidad del Occidente» y a flexibilizar la aplicación de las ratios.
«Incendios en Gijón»
Pero no sólo los recelos y el malestar se han instalado en el Occidente del Principado, porque, en pleno proceso de matriculación de alumnos para el próximo curso, otros concejos como Gijón están sufriendo «incendios que, en un principio, parecían esporádicos, pero que parece ser que no lo son tanto», cargó ayer el concejal de Educación gijonés, Carlos Rubiera, en referencia a los cambios de adscripción de las escuelas infantiles El Bibio y Las Mestas.
Y mientras en Oviedo las familias del Colegio Carmen Ruiz-Tilve (más conocido como Corredoria III) también temen que los alumnos del último curso del ciclo de Infantil sean reubicados temporalmente en otros centros, en Llanes, los planes pasan por eliminar la ESO del colegio de Posada. Ana González habla, entre tanto, de diálogo y de respetar criterios pedagógicos.
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