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OLAYA SUÁREZ
Sábado, 16 de marzo 2013, 05:03
En prisión, comunicada y sin fianza, por un supuesto delito de asesinato y otro de lesiones graves. La jueza de Instrucción número 2 de Gijón envió ayer al centro penitenciario de Villabona, a petición de la fiscalía, a Mariana O. G., la madre del bebé de dos meses fallecido por supuestos malos tratos y cuya melliza permanece ingresada en Cabueñes «con signos de agresión». El padre de los pequeños quedó en libertad provisional con la obligación de presentarse en las dependencias judiciales los días 1 y 15 de cada mes. Los investigadores consideran que no fue el autor material de los supuestos malos tratos infligidos a los dos menores. Habrá que esperar a que avance la instrucción del caso.
La declaración ante la jueza se prolongó durante más de dos horas. Primero declaró la madre y luego lo hizo el padre. Daniel M. Z. se reiteró en el primer testimonio que prestó ante la jueza de guardia de Oviedo tras ser detenidos por primera vez la semana pasada. Explicó que trabajaba como camarero «prácticamente todo el día» y que quien se ocupaba del cuidado de los pequeños era ella, en situación de desempleo. «Nunca vi nada raro. De saberlo, no habría permitido que pasase», dijo. Este extremo fue también confirmado por su esposa, que lo exculpó y manifestó que ella era la única que se encargaba de los bebés y que si había ocurrido «algo» era sólo culpa suya.
Con el respaldo del informe forense practicado al niño -que reveló que la causa de la muerte era un severo traumatismo craneal- y con los estudios médicos de la niña -con lesiones antiguas detectadas tras exámenes exhaustivos- la detenida dijo que «a lo mejor no había cuidado bien a los mellizos desde que nacieron». No obstante, evitó autoinculparse.
Las pruebas que se han añadido a la causa fueron consideradas contundentes por el fiscal para solicitar el ingreso de la mujer en prisión por un presunto delito de asesinato, con el agravante de parentesco. Ángeles Lázaro, abogada de la progenitora, ya anunció que presentará un recurso al considerar «abusiva» la decisión de la jueza.
Salida de los calabozos
Poco antes de las cuatro de la tarde, el padre de los mellizos salía por la rampa de los juzgados que da acceso a los calabozos. Lo hacía escoltado por agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) del Cuerpo Nacional de Policía. A las puertas de los juzgados había una gran expectación de medios de comunicación. Dentro, los abuelos paternos y un tío materno esperaban «nerviosos» la decisión de la jueza. La madre de los pequeños ponía rumbo a Villabona poco después, en un furgón de la Guardia Civil.
Los bebés nacieron el 10 de enero en el hospital de Cabueñes y, desde entonces, la madre apenas había salido a la calle, según sus allegados. Eran el tío y los abuelos paternos los que se ocupaban de «hacer la compra, pasear al perro e incluso hacer la comida». El hermano del padre fue el que se percató de «que algo iba mal con el mellizo» cuando se personó en el domicilio, como hacía habitualmente, para realizar la tareas domésticas y vio al niño «inmóvil» en la cuna. Era la mañana del 5 de marzo. Al cogerlo en brazos se dio cuenta de «que era un peso muerto».
Nada más comprobar la gravedad de las lesiones, el bebé fue derivado desde Cabueñes a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Materno Infantil, en Oviedo. Luchó por su vida durante una semana. El martes de madrugada falleció y sus órganos fueron donados a una niña en lista de espera del Hospital de La Paz, en Madrid.
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