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Vestíbulo de la biblioteca. Los armarios empleados para separar los espacios fueron diseñados para este proyecto, facturando por ellos Igrafo entre 5.863 y 12.075 euros la unidad. :: MARIO ROJAS
Igrafo cobró una factura falsa de 198.000 euros pero asegura que Cultura le debía el dinero
Asturias

Igrafo cobró una factura falsa de 198.000 euros pero asegura que Cultura le debía el dinero

Muñiz presenta al juez los albaranes del material que sí suministró a la biblioteca de El Fontán y que Renedo le habría liquidado con el centro 'fantasma' de Valdés

RAMÓN MUÑIZ

Lunes, 11 de marzo 2013, 02:46

La Consejería de Cultura y Turismo abonó a Comercial de Papelería S. A. (Igrafo) 198.003,38 euros por un expediente iniciado el 14 de junio de 2007 para comprar mobiliario homologado al Centro Cultural de Belén de la Montaña. La adjudicación lleva la firma de la entonces titular del departamento Encarnación Rodríguez Cañas, y fue visada por la jefa de servicio Marta Renedo. El magistrado-juez Ángel Sorando ordenó a los agentes al cargo del 'caso Renedo' analizar la operación, detectando graves irregularidades.

La más evidente es que Belén de la Montaña (Valdés) carece de un centro cultural. El lugar tiene un centenar de habitantes y la factura de Igrafo incluye 220 papeleras a 574,36 euros la unidad. «No tengo conocimiento de que en el pueblo exista ese equipamiento», expuso el alcalde pedaneo de la localidad a los agentes. «No existe nada que llamemos centro cultural», agregó. Lo más parecido es un centro social «que tendrá unas 15 ó 20 sillas viejas, una televisión donada por la Caja Rural y unos cuadros donados por sus autores», declaró. La propia firma de la consejera en el expediente también resultó un montaje, según los calígrafos.

El amueblamiento del centro fantasma expone al empresario de Igrafo Víctor Manuel Muñiz Menéndez a un delito de estafa, penado con entre uno y seis años de cárcel, lo que empeora su situación procesal. El viernes estaba citado para dar aclaraciones ante el instructor del 'caso Renedo', pero remitió toda explicación a un escrito al que ha tenido acceso este periódico.

La defensa de Muñiz, que dirige el letrado Miguel Valdés-Hevia, reconoce que no suministró el material recogido en la factura de Belén de la Montaña. Sin embargo sostiene que el dinero que percibió en esta operación serviría para saldar una deuda que Cultura arrastraba con la empresa por muebles y obras ejecutadas en la Biblioteca de Asturias Ramón Pérez de Ayala, también conocida como la biblioteca de El Fontán.

El imputado elude identificar quién habría ideado este método de liquidación, pero todo apunta a la entonces jefa de servicio de Promoción Cultural, Archivos, Bibliotecas y Museos, Marta Renedo Avilés, con quien tenía trato habitual. El trabajo en Oviedo «fue facturado conforme a las indicaciones recibidas de la consejería, entre las cuales se encuentra la de facturar la cantidad de 198.003,38 euros por diversos conceptos correspondientes al equipamiento de un centro cultural de cuya existencia o inexistencia Igrafo nada sabía», indica el escrito.

La defensa aporta una serie de albaranes de entrega, donde queda listado todo el material que habría suministrado al centro ovetense, y que tiene a la Consejería de Cultura como cliente reconocido. Los documentos incluyen la anotación 'El Fontán' y suman 142.755,54 euros. A este material (muebles, estantes, paragüeros y demás) el letrado pide sumar otros 18.404,76 euros cuyos albaranes no ha podido recopilar. Cabe señalar que Igrafo cesó en su actividad comercial, pasando todos sus bienes y archivos a estar bajo la tutela de un administrador concursal. Los 36.843,08 euros que restan hasta igualar la factura de Belén de la Montaña responderían a labores para adecuar el salón de actos situado en el sótano de la biblioteca.

La defensa de Muñiz sostiene que gracias a la investigación judicial «se sabe ahora» que para saldar la deuda se utilizó la reserva de crédito asignada al centro de Belén de la Montaña, «que todo indica que no pasó de ser un mero proyecto». El letrado subraya que la empresa «nada sabía entonces» del enjuague y que se habría limitado a «actuar conforme a las instrucciones recibidas de la Administración contratante y en su legítimo derecho de cobrar por unos servicios realmente realizados, es decir, sin conciencia de estar cometiendo una irregularidad».

Para acreditar su versión de los hechos, el imputado solicita al magistrado-juez que repita ahora la verificación que intentó en Valdés, es decir, que envíe a la biblioteca ovetense a los mismos agentes que inspeccionaron Belén de la Montaña en busca de los muebles de la factura.

La mecánica que ahora reconoce esta parte no resulta extraña para los investigadores. En uno de los informes policiales que entregaron al magistrado-juez Ángel Sorando ya le trasladaron una serie de correos electrónicos intercambiados por Marta Renedo y un comercial de Igrafo. Las conversaciones retratan presupuestos, entregas a cuenta, ajustes varios. En uno de ellos la funcionaria escribió, literalmente, que «ya sé como voy a abonaros los 16.000 y pico de la Biblioteca del 'Montan' (sic) del año pasado». Los agentes subrayaron al instructor que, a su entender, los mails «ponen de manifiesto los 'encajes' que realizaban con los distintos presupuestos».

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