«Ahora recuperamos la normalidad entre el equipo de gobierno y los Bomberos»

Nada más empezar el breve discurso del día del patrón de los Bomberos, la festividad de San Juan de Dios, el alcalde Agustín Iglesias Caunedo, destacó que el acto suponía escenificar la «recuperación de la normalidad y el trabajo entre el equipo de gobierno y los Bomberos». Porque «en los últimos tiempos las relaciones no fueron todo lo fluidas que debieron ser», reconoció el regidor. A partir de ahora, habrá una «cooperación estrecha», aseguró refiriéndose a su acercamiento con un cuerpo del que se siente «orgulloso».

Para ejemplificarlo, anunció que devolverá a los Bomberos las competencias en Prevención en materia Urbanística, en los últimos tiempos, más de una década, en manos de Urbanismo. Y los presentes en el acto de celebración en el cuartel del Rubín aplaudieron el cambio. Los Bomberos estarán pendientes del control de los edificios, participarán en el diseño de las vías y en todo lo que «suponga afluencias y evacuaciones» porque serán ellos quienes tendrán que intervenir ante un posible siniestro.

El alcalde reiteró su compromiso de rejuvenecer la plantilla, compuesta por 77 personas, incorporando cinco nuevos efectivos en 2013 y otros tantos en 2014 y 2015. Pretende «incrementarla todos los años ligeramente para rejuvenecerla de forma paulatina». También se comprometió a seguir invirtiendo en «equipos para estar a la cabeza de los bomberos de España».

En 2011, y durante meses, el cuerpo se movilizó para pedir precisamente lo que ahora el regidor se compromete a aceptar. Hasta ahora solo habían conseguido la amenaza de una multa por falta grave de hasta 900 euros por tirar petardos y hacer ruido en la plaza del Ayuntamiento. Solían escoger la hora de los Plenos municipales para que los políticos en la Casa Consistorial les escucharan. El entonces alcalde, Gabino de Lorenzo, parecía oírles. Pero no atendió sus peticiones. El conflicto entre el exregidor y el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) era antiguo, sin acercamiento entre ambas partes. Relevado el dirigente de la ciudad, los frentes abiertos han ido cerrándose poco a poco y las relaciones han mejorado sustancialmente, reconocen los agentes.

Otro conflicto que ha menguado es el mantenido con la Policía Local. En la primera reunión de trabajo entre los mandos policiales y Alcaldía, a mediados de enero, Caunedo también resaltó el fin de los «enredos» y el principio de «un método de trabajo diferente», aparte del rejuvenecimiento de la plantilla. Enterrando de esa forma los días de polémicas como la de los cascos y las balas.

Reconocimientos

En el cuartel de Rubín, ayer se dieron cita miembros de Bomberos y Policía Local y también de Guardia Civil y Policía Nacional. Asistieron al reconocimiento de seis bomberos que cumplían 25 años en la profesión y a los voluntarios de Trubia que celebran sus bodas de plata. Julio Rodríguez y Ángel Alonso Fernández, 'Tito', acudieron en representación de los nueve que están en las dependencias trubiecas. Rodríguez participó en la fundación de este servicio que ha trabajado en un buen número de siniestros en esta zona: «Lo más fuerte fue colaborar en el accidente de tren de Vega de Anzo en el 93» en el que murieron 12 personas y otras siete resultaron heridas graves.

Ricardo Estébanez agradeció el reconocimiento pero restó importancia a un trabajo «ameno y diferente» al de la mayoría y en un buen ambiente. Trabajan por turnos, cuatro de 15 personas, un día y descansan tres. Y coincide con sus compañeros en que es «muy gratificante» aunque conlleva riesgos: 25 puntos en la frente se lo recuerdan a menudo.

Las llamas tampoco asustan a Alejandro Vallina, otro de los que ayer celebraron 25 años en los Bomberos. «Lo que llevo peor es cuando vamos a buscar a ancianos que mueren solos en sus casas». Una placa sirvió también a Enrique Fernández, Jorge Carlos García, Cándido Martín y Celestino Rodríguez de reconocimiento. En época de bonanza económica también se iban a Canarias. Ahora toca otra cosa. Y seguir en Rubín porque ayer Caunedo descartó un posible traslado de las dependencias.