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El jugador del Oviedo Fran Sol, en una acción acrobática ante un rival ayer en Los Cristianos. :: J. RUIZ
El Oviedo naufraga en Los Cristianos
Oviedo

El Oviedo naufraga en Los Cristianos

Dos goles de Balduino, uno de ellos de penalti, dieron la victoria al Marino Playas en el Antonio Domínguez Los azules caen ante el colista, pierden el segundo puesto y se quedan a 8 puntos del Tenerife

MIGUEL FERNANDI

Lunes, 18 de febrero 2013, 09:32

No por repetirse con asiduidad, las derrotas ante los equipos de la zona baja de la tabla dejan de ser dolorosas. Al Oviedo le pasa, y mucho, y no sólo en la actual temporada sino en las últimas en la categoría de bronce del fútbol español. En Los Cristianos volvió a suceder. Los carbayones cayeron derrotados ante el colista (2-1) en un choque inexplicable. Quizás haya tantas formas de llamar al Marino canario (Los Cristianos, Tenerife Sur, Playas, Club Deportivo) como maneras de encontrar una explicación a lo sucedido en el Antonio Domínguez.

Como si de una pesadilla se tratase, lo cierto es que el peor equipo en números de la Segunda División B ha sumado cuatro de sus trece puntos ante el Real Oviedo. Al empate a cero en el Tartiere se unió la derrota en el Sur de la isla de Tenerife, lugar que recuerda a Benidorm por su paisanaje y sus ofertas de ocio. Si ya es difícil encontrar de forma casual a alguien que se exprese en castellano, menos aún es el apoyo que tiene este modesto club y que apenas cuenta con abonados fuera del círculo familiar y de amistades de la directiva, cuerpo técnico y jugadores.

Es justo reconocer que el Oviedo acudió al choque con importantísimas bajas, pero no menos también afirmar que el 'once' titular que dispuso Sarriugarte era de plenas garantías con jugadores que serían todos titulares en el 95% de los clubes del grupo 1 de Segunda B. De hecho, la superioridad técnica y combinativa quedó patente desde el arranque del encuentro.

El Oviedo, al que no parecía pasarle factura el calor reinante, salió fresco y decidido a por la victoria. El equipo azul se puso al mando del partido con verticalidad, entradas por bandas y constantes avisos a la portería de Alberto. La línea de creación con Xavi Moré e Íker Alegre en los costados y con Javi Casares en el centro por detrás de Fran Sol eran un constante quebradero de cabeza para la zaga tinerfeña.

Y así iba avanzando el partido hasta que en el minuto 18, en el primer acercamiento local, llegó el gol de Balduino. Dani Barrio despejó un balón de forma errónea y el delantero, desde 35 metros, envío magistralmente el esférico cogiendo adelantado al guardameta del Oviedo.

Sin llegar a descomponerse, los azules siguieron con su propuesta futbolística y Fran Sol tuvo la opción de empatar el partido seis minutos después. El delantero de Vicálvaro remató de cabeza un centro de Moré obligando a lucirse a Alberto. Todo parecía predestinado al empate hasta que, en la segunda aproximación del Marino, el colegiado señalase penalti a Baquero por derribo a un visitante. Otra vez Balduino, ahora desde los once metros, conseguía marcar situando un sonrojante 2-0 a los 36 minutos.

Esperanza tras el descanso

La esperanza llegó para la escuadra que dirige Félix Sarriugarte nada más reanudarse el partido en su segundo tiempo. Héctor Simón marcaba su primer gol con la elástica azul, ayer negra, con un bonito disparo lejano que valía para recortar distancias.

La entrada de Señé en el descanso y la posterior de Jandro le dio otro aire al equipo que seguía siendo el dominador absoluto pese a que el marcador indicase una realidad diferente. Fue precisamente el media punta catalán quien estuvo a punto de igualar el partido con un disparo al cuarto de hora que se marchó muy cerca del poste.

Que no era el día del Oviedo parecía claro y se demostró cuando entre Alberto, el poste y la línea de gol evitaron que Xavi Moré transformase un lanzamiento de penalti a los 25 minutos. Íker Alegre había sido derribado instantes antes en una jugada muy parecida a la de la pena máxima señalada a favor de los tinerfeños.

Quizás el golpe fue demasiado duro y al Oviedo le constó rehacerse. La entrada de Jairo Cárcaba supuso la apuesta definitiva por el juego directo con los locales antrincherados atrás y esperando la oportunidad de matar el partido al contragolpe. Los carbayones lo intentaron sin éxito hasta el último momento. En una de las últimas acciones, Moré estrelló el balón en el travesaño y Alberto, otra vez, se lució en un disparo a dentro del área pequeña de Íker Alegre. El Oviedo cierra la jornada en la tercera plaza, a ocho puntos del líder, el Tenerife.

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