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A. VILLACORTA
Sábado, 16 de febrero 2013, 01:46
Dejar de fumar porros a cambio de bajar el Sella en canoa. Ese es uno de los incentivos que ofrece a jóvenes y adolescentes con problemas de adicción al cannabis un programa desarrollado por un equipo de la Facultad de Psicología que trata de reforzar su motivación y en el que la abstinencia se premia con puntos canjeables.
«Cuanto más tiempo están abstinentes, más puntos ganan. Puntos que luego se pueden cambiar por actividades como escalada, karts, paintball, cine, menús o inscripciones en el gimnasio y que buscan contribuir a que hagan cosas saludables e incompatibles con el consumo» de porros.
Ese es una de las acciones en las que trabaja del Grupo de Investigación en Conductas Adictivas de la Universidad de Oviedo, según explicó ayer Sergio Fernández-Artamendi, uno de sus miembros, que ofreció una ponencia en su facultad en la que analizó una intervención importada desde Illinois (EE UU) y reforzada por esos canjes.
«Se trataba de desarrollar aquí un tratamiento que ya se hubiera probado en otro sitio y que incluye una terapia de incentivos en la que se intenta fortalecer la abstinencia con ese programa de puntos que ellos luego pueden cambiar por actividades sociales». O lo que es lo mismo: «Una intervención que ayuda también a cambiar el estilo de vida de esos adolescentes».
El programa se desarrolló tanto en los centros de atención a dependencias de la Comunidad de Madrid como en Asturias. Concretamente, en el marco del Programa Reciella de Proyecto Hombre, donde 26 jóvenes de entre 14 y 18 años se sometieron durante tres meses a esta terapia intensiva y global, «chavales con un inicio al consumo temprano y fuera de control y con problemas académicos y familiares».
Es integral porque «no se trabaja sólo con el consumo, sino que se intenta ayudarles en todas las áreas de su vida. En mejorar relaciones sociales, en la resolución de problemas, en mejorar sus habilidades de comunicación y, entre otras cosas, en que logren la abstinencia del cannabis», resumió el psicólogo.
La droga estrella en Asturias
En Asturias, el cannabis es la droga más consumida por los jóvenes y por aquellos que ya no lo son. Tanto, según revelan los datos que maneja la Consejería de Sanidad del Principado, que el consumo de esta sustancia, de muy fácil acceso según los consultados, se ha duplicado en los últimos 15 años en la comunidad autónoma.
España, recordó Sergio Fernández-Artamendi, es el país europeo que lidera el consumo de hachís y marihuana. «Un tercio de los adolescentes han probado alguna vez el cannabis, una quinta parte lo consume frecuentemente y un 5% lo hace casi a diario, unas cifras que se pueden trasladar a Asturias».
Pero este especialista también quiso dejar patentes las dificultades que encontraron: «Los centros con los que colaboramos nos dan todas las facilidades, pero hay obstáculos de otro tipo como que no existen suficientes recursos para la detección temprana en los centros sanitarios de Primaria ni en los colegios».
Con todo, «los resultados son bastante positivos» y, «en general, los chavales mejoraron bastante su salud psicológica». En cuanto al consumo, «tres cuartas partes de ellos terminaron abstinentes y un 90% no abandonaron el programa», y así lo constataron las analíticas realizadas y la evaluación final.
No hay que olvidar que «el consumo de cannabis se asocia con un riesgo de padecer más problemas de salud mental en el caso de poblaciones vulnerables, que el rendimiento cognitivo también se ve alterado y que las consecuencias se agravan cuando la iniciación es temprana».
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