La plaza de abastos se blinda contra el frío

«Qué, ¿estaréis contentos, eh?». Fue la pregunta más formulada ayer a los vendedores de los excedentes de la huerta que vivieron su primer miércoles en la plaza de abastos tras la instalación de las tres nuevas puertas de cristal automáticas. «Era hora porque aquí no se paraba de frío y fueron muchos años pidiéndolo», aseguró Carmen Llera, una de las vendedoras. Muchos de los que preguntaban, también se estrenaban ayer cruzando las nuevas puertas y la sensación era buena. «Da gusto estar aquí sin esas corrientes», comentaron. Los abrigos, las bufandas e incluso los gorros siguen formando parte del vestuario de los vendedores de excedentes, la mayoría de edad avanzada, pero todos coincidieron en señalar que por lo menos «ya no corre el aire aquí dentro».

La reforma llevada a cabo en la plaza en los últimos meses consistió en la renovación de tres de las cuatro puertas que tiene el edificio -las de las calles Balbín Busto, Manuel Cortina y Maliayo- para eliminar las corrientes de aire que tanto molestaban a los comerciantes, a los clientes y a los usuarios de la plaza. Ya en la tarde del martes, con la celebración del Antroxu infantil se notó la diferencia y así lo comentaron muchos de los presentes. «Parece otra», apuntaron varios padres.

María Licinia Nava, a la que todos conocen por Maribel, lleva desde que tiene uso de razón vendiendo en la plaza huevos, fabes y miel, principalmente. E instala puntualmente cada miércoles su mesa y una pequeña silla frente a la puerta de la calle Balbín Busto. «Era una obra muy necesaria porque no se paraba del frío que hacía, está bien que cuiden la plaza», señaló. Ahora, confía en que los clientes se animen a volver. «Desde que empezó la crisis bajaron las ventas en picado y se nota en que la plaza está vacía y en que se maneja mucha menos mercancía; a ver si con esto de que la hayan arreglado la gente siente curiosidad y de paso compran».

Para poner las puertas nuevas fue necesario retirar las antiguas verjas, que se encontraban muy deterioradas por el paso de los años y que han sido restauradas. En total, se han invertido cerca de 25.000 euros .

Pendiente la de Mercado

Respecto a la cuarta puerta -la de la calle Mercado- que queda pendiente del cierre, el alcalde de Villaviciosa, José Manuel Felgueres, avanzó ayer que el equipo de gobierno está valorando cuál es la mejor solución para ella. «Tenemos el inconveniente técnico de que es la única entrada que permite el acceso a vehículos a la plaza, por lo que no puede ser automática. Y tampoco podemos hacerla manual porque es a la vez la única sin escaleras por la que entran sillas de ruedas y carritos de bebé», reconoció.

Felgueres confía en que los técnicos encuentren una solución mixta y poder acometer las obras este mismo año.