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RAMÓN MUÑIZ
Miércoles, 6 de febrero 2013, 13:02
La Fiscalía de Medio Ambiente del Principado ha abierto diligencias de investigación por un posible aumento de las emisiones contaminantes de Arcelor en su factoría de Veriña a raíz de la denuncia presentada ante esta instancia por la Coordinadora Ecoloxista d'Asturies. El Ministerio Público está obligado a realizar indagaciones de forma automática cada vez que recibe una denuncia como la descrita y mientras no tenga conocimiento de que los hechos son instruidos en un juzgado. En este caso, dado que los vecinos interpusieron denuncias en la comisaría, todo indica que una vez concluido el atestado, los agentes pondrán el asunto en manos del juzgado de instrucción que esté de guardia. En ese momento, la Fiscalía de Medio Ambiente deberá interrumpir sus averiguaciones y entregar todos los datos de que disponga a la autoridad judicial competente.
Este fue al menos el episodio que se registró en el vertido de la central de Aboño. La Fiscalía de Medio Ambiente anunció la apertura de diligencias de naturaleza penal y al poco comunicó que debía ceder el caso al juzgado de instrucción al que llegó el atestado de la Guardia Civil.
Las diligencias ahora iniciadas tendrán en principio una duración máxima de seis meses, están encaminadas a determinar si los hechos denunciados pudieran ser constitutivos de una infracción penal.
La Coordinadora Ecologista presentó la semana pasada el escrito de denuncia por la «nube tóxica» que, según la organización que encabeza Fructuoso Pontigo, se produjo el 16 de enero en Gijón, coincidiendo con el arranque del horno alto 'B' de Arcelor en la factoría de Veriña.
Según los ecologistas, «las emisiones son continuamente controladas por los sistemas operativos monitorizados pertenecientes a la administración pública tanto por el Principado como por el Ayuntamiento a través de estaciones que marcaron el aumento de contaminación atmosférica de forma muy significativa». En concreto, se refiere a que la estación de la avenida de la Argentina detectó el triple de emisiones respecto a la media de otros días.
Afección a la salud
Según los ecologistas, estas partículas de metal, además de dañar la chapa de los vehículos, «posiblemente hayan afectado a la salud de las personas, pues las más finas pueden ser inspiradas y penetrar en el sistema respiratorio, pero también a través de la ingesta de productos provenientes de la ganadería y cultivos de la zona o de la afectación que haya podido tener sobre el nivel freático y la consiguiente contaminación hídrica».
La Consejería de Medio Ambiente también estudia abrir expediente sancionador a la multinacional siderúrgica por la contaminación emitida la madrugada del 17 de enero con motivo de la puesta en marcha del horno alto 'B' de la factoría gijonesa de Veriña. El primer informe elaborado por los técnicos de la Dirección General de Calidad Ambiental apunta al enfriado con agua, a cielo abierto, de la primera colada de escoria y arrabio tras la puesta en marcha de ese horno alto como la causa más probable de las emisiones.
Se estima que son dos centenares los vehículos que sufrieron daños por el material corrosivo procedente de Veriña. Las denuncias presentadas en la Comisaría de Gijón superan las 150. Al parecer, las zonas más afectadas de la ciudad fueron Tremañes, Monteana, Pumarín, La Calzada, Porceyo y Nuevo Gijón, donde no sólo resultaron dañados automóviles, sino también persianas, ventanas, techos metálicos e, incluso, farolas.
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