

Secciones
Servicios
Destacamos
RAMÓN MUÑIZ rmuniz@elcomercio.com
Domingo, 3 de febrero 2013, 02:40
El Principado prepara un cambio en su estrategia ferroviaria. El equipo de la consejera Belén Fernández entiende que con la fusión de Renfe y Feve ha llegado el momento de plantear también una «gran reconversión» en la «densa trama» de vías que tupen el área central. Fernández planea sentarse con su homóloga la ministra Ana Pastor y trasladarle una «radical propuesta» para la red ferroviaria asturiana de Cercanías. Además, el Ejecutivo asturiano va a emprender un estudio que aclare qué supondría quedarse sin el proyectado tramo para el AVE entre Pola de Lena-Gijón. La idea es esbozar un 'plan B' para, llegado el caso, forzar rectificaciones en el actual corredor de Renfe que mejoren el servicio con la meseta.
El diagnóstico más avanzado es el que atañe a las Cercanías. Los técnicos del Principado juzgan que las redes de Renfe y Feve «duplican su oferta» en parte de la región, ocasionando «ciertas redundancias». La azarosa gestión que del ferrocarril viene realizando el Estado en las últimas décadas provoca que en los concejos del área central y las cuencas los pasajeros pueden elegir para el mismo viaje entre un tren de ancho ibérico (Renfe) y otro de vía métrica (Feve). Este exceso de competencia convive con el «déficit de accesibilidad» que padecen municipios sin un solo ferrocarril.
Urge por tanto emprender una «gran reconversión del sistema ferroviario», que procure el «mejor ensamblaje» entre las redes de ancho ibérico, métrico y de autobús. Para alcanzarlo, la consejería quiere analizar «qué tramos podrían convertir su ancho de vía métrico en ibérico o viceversa». También propone valorar «qué tramos de ancho métrico podrían sustituirse por otros modos en plataforma reservada de menor coste de operación».
El diagnóstico sobre la red ferroviaria aquí expuesto está recogido en los documentos que rigen el concurso para la redacción del futuro Plan Director de Infraestructuras para la Movilidad de Asturias (PIMA) 2013-2024. La programación pretende marcar las obras de titularidad autonómica a la que queden «vinculados» los diferentes Gobiernos de la región de los próximos trece años. Además el PIMA hará «recomendaciones» en las infraestructuras que son de competencia estatal.
La idea de la consejería es fichar a una ingeniería potente que le auxilie en la misión. Para garantizarse la solvencia del adjudicatario, uno de los requisitos exigidos a los aspirantes al contrato es el de haber redactado un plan director de infraestructuras o un plan de carreteras en los últimos tres años, algo al alcance de pocas empresas.
El equipo redactor dispondrá de 16 meses antes de entregar el PIMA 2013-2014. Es de suponer que los técnicos contratados contarán con un amplio margen para trazar propuestas, aunque los pliegos ya les trasladan diagnósticos y análisis llamados a encauzar el informe final. Parte de las aseveraciones recogen las clásicas aspiraciones del socialismo asturiano en materia de infraestructuras -caso del túnel del Fitu o la continuación de la autovía entre La Espina y Ponferrada- pero hay aportaciones innovadoras en el capítulo ferroviario.
«Incógnitas»
Sucede con el ya citado análisis de la red de Cercanías y también con las aspiraciones del Principado en materia de AVE. La consejería considera en su pliego «fundamental, analizar el impacto de la próxima apertura de la variante ferroviaria de Pajares para tráfico mixto de viajeros y mercancías, con las actuales incógnitas en cuanto al trazado de la alta velocidad desde Pola de Lena hasta Gijón». Ahí es donde el Principado quiere tomar posiciones y perfilar un plan 'B'. Por eso al adjudicatario se le requerirá que calibre «qué impacto sobre el tiempo y condiciones de viaje de la futura alta velocidad Madrid-Gijón tendría el aprovechamiento del actual trazado de Renfe entre Pola de Lena y Gijón, con rectificaciones puntuales del trazado».
Hasta ahora el Ejecutivo autonómico no se había movido de una posición labrada en época de bonanza, consistente en exigir un corredor nuevo de ancho internacional que cumpliera el itinerario Lena-Oviedo-Gijón. El esquema acordado con el equipo ministerial de José Blanco requería ejecutar tres nuevas variantes, siendo la más costosa la de Morcín, con cinco túneles consecutivos que sumaban alrededor de 16 kilómetros de traza. En total la empresa se estimaba en los 1.600 millones de inversión.
Lejos de acomodar este deseo a la realidad presupuestaria del momento, la actual ministra Ana Pastor se presentó con un toque de ambición. Así, mandó a los técnicos que estaban a punto de culminar el Estudio Informativo del AVE Lena-Oviedo-Gijón que analizaran la viabilidad de incluir un ramal a Avilés.
El pliego del PIMA revela que el Principado ha entendido el gesto como una maniobra de distracción y teme más probable a medio plazo que la región quede huérfana de un nuevo trazado con vías de ancho internacional. De ahí su necesidad de conocer hasta qué punto podría funcionar el actual trazado de Renfe con «rectificaciones puntuales».
Queda por ver si el estudio encargado en este aspecto es una mera hipótesis de trabajo o adelanta un nuevo rumbo en la política de reivindicaciones de cara al ministerio. También la controversia técnica que pueda suscitar el mencionar como «alta velocidad Madrid-Gijón» lo que, en el segmento Lena-Gijón, no dejaría de ser un viejo trazado «con rectificaciones puntuales». Por buenos que fueran los cambios en los radios de curva y pendientes, distarían de los rigurosos parámetros que exigen los trenes que prestan el servicio AVE.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.