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JOSÉ ÁNGEL GARCÍA
Viernes, 25 de enero 2013, 08:18
Sama-Velilla seguirá en el cajón. El Gobierno central aplaza la ejecución de esta línea de alta tensión al considerar que no es «urgente» su construcción en el actual escenario. El proyecto, considerado muy relevante por el Ejecutivo regional por el estímulo que supondría para la industria asturiana, se cae por tanto de la planificación de los sectores de electricidad y gas 2008-2016. El Ministerio de Industria ha publicado en el Boletín Oficial del Estado el listado completo de las infraestructuras que se salvan del recorte. Se trata de 88 actuaciones cuya puesta en servicio se considera «prioritaria». El Ministerio que preside José Manuel Soria encargó hace varios meses un informe para conocer con precisión qué infraestructuras de las proyectadas eran «imprescindibles», al objeto de garantizar, aseguran desde Industria, «la seguridad del suministro». La consigna está clara: optimizar al máximo los recursos. Esto supone ajustar al máximo la dotación presupuestaria y seleccionar con lupa los equipamientos que se van a impulsar. Bajo esta premisa no resulta extraño que cada una de las actuaciones que sí se ejecutarán en el plan actual hayan tenido que ser justificadas previamente por Red Eléctrica Española (REE).
Los proyectos seleccionados «no pueden esperar» a la aprobación de la nueva planificación de la red de transporte de energía eléctrica para ser autorizados, según se recoge en la orden ministerial públicada en el BOE y que contempla los cambios en el plan de infraestructuras. Es decir, cuando la negativa a construir una instalación concreta pueda suponer un «riesgo inminente» en la seguridad del suministro o si acarrea «un impacto económico negativo» en el sistema eléctrico.
¿Por qué se ha decantado Industria por unas actuaciones en detrimento de otras? El Ministerio añade otro argumento más: los proyectos elegidos deben ser «estratégicos» para el conjunto del Estado.
No es el caso de Sama-Velilla. La línea de alta tensión propuesta en su día por Red Eléctrica para evacuar la energía de Asturias no cumple, a la luz de los informes que manejó el Ministerio de Industria, ninguno de los requisitos. No sorprende por tanto que su ejecución quede aparcada.
Desde REE quitan importancia a este extremo y expresan su confianza en que el proyecto forme parte de la nueva previsión que se encuentra en fase de elaboración.
Será, por tanto, en ese escenario en el que Red Eléctrica deberá volver a encontrar «justificación» para impulsar definitivamente la línea de alta tensión, si es que tiene intención real de construirla en el nuevo contexto macroeconómico. Cabe no obviar que el terreno actual es muy diferente al que se esbozaba hace 25 años, cuando esta «autopista eléctrica» fue incluida en la planificación.
El nuevo plan de infraestructuras eléctricas (2014-2020) deberá incorporar entre sus objetivos básicos la «minimización» de los costes de actividad del transporte y del conjunto del sistema eléctrico. Condiciones que, dicho sea de paso, resultan difíciles de salvar para un proyecto que requería una inversión importante debido a los costes que podría acarrear el pago de indemnizaciones a todos los afectados por la construcción de esta infraestructura.
Éstos podrán participar en la nueva planificación como también lo harán las administraciones. El fin último es determinar si la construcción de la línea de alta tensión es o no imprescindible.
Inicialmente, el proyecto fue defendido con ardor por parte del Gobierno socialista que presidía Vicente Álvarez Areces, que reivindicaba la necesidad de evacuar la energía generada en el Principado a través de las centrales de gas de ciclo combinado que iban a ser construidas, la mayoría ya descartadas, así como de la regasificadora de El Musel.
El Ejecutivo central tiene en su poder ya las 27.000 alegaciones presentadas contra el proyecto y que han sido respondidas por REE. Es el Ministerio de Medio Ambiente, cuyo titular es Miguel Arias Cañete, quien dispone de esta documentación y quien debe dar de paso la declaración de impacto ambiental. En principio, según diversas fuentes, no parece que lo vaya hacer a corto o medio plazo. Una vez que se cumpla con este requisito, el proyecto necesitará la declaración de utilidad pública por parte de Industria. Sólo así podría salvar todos los escollos una línea que atraviesa, con torres de 51 metros de altura, ochenta kilómetros de recorrido en los que pasa por territorios que forman parte de la Reserva de la Biosfera además de otros espacios naturales protegidos.
La promesa de Soria
La decisión de «aplazar» Sama-Velilla vuelve a poner en el disparadero al Ministerio de Industria y a su titular, José Manuel Soria, que a lo largo de los últimos meses han acaparado las críticas del Gobierno regional y los sindicatos, entre otros motivos, por su gestión del sector minero. El ministro, en una comparecencia en el Congreso en marzo de 2012, se comprometió a garantizar la interconexión eléctrica de Asturias con el resto de la Península. La diputada asturiana Mariví Monteserín preguntó al ministro acerca de las previsiones que manejaba el Gobierno. Soria aseguró ante la Cámara que la red será una realidad aunque con un matiz: una vez que estén en servicio las instalaciones recogidas en el documento de planificación de los sectores de electricidad 2008-2016.
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