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ELENA RODRÍGUEZ
Miércoles, 16 de enero 2013, 05:13
«¿Por qué nadie quiere ser alcalde en Cudillero?». Ha sido la pregunta más repetida desde que la agrupación socialista local decidió nombrar a Ignacio Fernández Díez candidato a la Alcaldía cuando este empleado municipal, de 44 años, no iba en la lista que concurrió a las elecciones municipales de 2011. Todos los ediles del equipo de gobierno rechazaron ocupar el sillón que dejó vacante Gabriel López, que dimitió hace dos semanas «por motivos personales de índole familiar». En declaraciones a EL COMERCIO, el secretario general del PSOE de Cudillero y exregidor del municipio, Francisco González Méndez, aclara los motivos.
-La propia Federación Socialista Asturiana (FSA) manifestó anteayer que no deja de ser «llamativo» que nadie de la candidatura haya querido tomar el bastón de mando. ¿No cree que, efectivamente, es significativo? ¿Qué ha ocurrido?
-La elección de una persona que no iba incluida en la lista electoral no es lo habitual. Es cierto, pero el procedimiento es legal. En cuanto al rechazo de los concejales a ser alcalde, hay dos razones. Una es que los ediles no se presentaron para ser alcaldes y menos los que iban en los últimos puestos. Prefieren continuar con la labor eficiente que están realizando en sus áreas. ¿La segunda? Pues se trata de una cuestión sociológica. Nadie quiere sentirse intimidado, amenazado, amedrentado y ser víctima de una fuerte conspiración. La política en Cudillero no se ejerce con libertad.
-¿Perdone? ¿Qué quiere decir?
-Desde hace dos años, existe una red social que no deja títere con cabeza. Utiliza tácticas de coacción, de tortura psicológica. Nos insultan, a mí y a más compañeros. Nos persiguen, nos sacan fotos por la calle...
-¿Y quién es el responsable de esa red social?
-Son gente anónima que tiene vinculación con la Casa (el Ayuntamiento), aunque también hay personas que están fuera de ella. Es una página americana que, hasta hace pocos días, presumía de tener 390.000 visitas. Tenga en cuenta que este es un municipio pequeño, de 6.000 habitantes, y nadie quiere que hablen en internet de cuestiones de ámbito privado, llenas de insultos y calumnias. Nadie quiere estar pendiente de que su nombre o el de su familia aparezca y sufrir coacciones. Psicológicamente, no todo el mundo está preparado. No aguanta. Nadie quiere vivir con miedo en una sociedad democrática.
-¿Y lo han denunciado?
-Sí, hemos interpuesto varias denuncias y la Unidad de Delitos Informáticos de la Policía está investigando. La Guardia Civil también. Hemos hecho capturas de las páginas y de direcciones de IP (número que identifica un ordenador). Además, hay un grupo de trabajadoras del Ayuntamiento que también ha acudido a la justicia por violencia psicológica continuada. El terrorismo verbal es tan execrable como la violencia de género física. Creo que es un asunto en el que conviene intervenir y así se lo he transmitido también a la FSA. Debería abordarse con seriedad y rigor, porque lo que más temo es que esto no quede aquí.
-Explíquese.
-Sí, tengo miedo que un día esto adquiera tintes trágicos y haya un final desastroso. La gente aguanta lo que aguanta y un día puede pasar algo. ¿Entiende ahora por qué nadie quiere ser alcalde, cuando es la cosa más guapa que se puede ser? Por el clima que hay, por el ambiente tan enrarecido en el que vivimos. Si ser alcalde ya supone una gran responsabilidad, cuando uno va en los últimos números y con estos antecedentes, imagínese. Yo, después de tantos años, tengo un caparazón. Aguanto carros y carretas, pero no todo el mundo está preparado.
-Antes hablaba de que les perseguían...
-Sí, nos siguen a casa, nos sacan fotos... Yo tengo cintas en que han grabado a trabajadores municipales... Es un atentado a la democracia. Les preguntan qué clase de vida tengo yo... A mí me han sacado en la página poniéndome canciones, caricaturas y sacando fotos en las que cortan a personas que están a mi lado y dan a entender situaciones que están fuera de todo contexto. Yo tengo también una familia, tres hijos, uno de ellos, pequeño... Y esto no se lleva nada bien. Tengo compañeros a los que le han llegado sobres anónimos a casa y les han ido a ver los hijos al colegio... Y otros que han venido a mí llorando porque han revuelto en su pasado haciendo mucho daño. Es inhumano, se mueven con una falta absoluta de escrúpulos. El que no esté de acuerdo con algo, que vaya al juzgado, lo denuncie y dé la cara. Que no utilice estas tácticas... No sé si llamarlas hitlerianas y propias de la Gestapo, pero cuanto menos son corrosivas para la democracia.
-¿Cuándo ofreció a los concejales el sillón de la Alcaldía, le hablaban precisamente de este miedo?
-Ha habido compañeros que, al renunciar, me han dicho: 'No, muchacho, no'. Lo hago por responsabilidad política. ¿Qué quieres? ¿Tener otra dimisión dentro de seis meses?'. No quieren que ni maridos ni mujeres, ni hijos ni padres se vean involucrados. No se puede hablar en la red como si esto fuese un programa del corazón. Es política.
-¿Y en la red social solo hablan del equipo de gobierno?
-No, también de la gente de la calle. Los vecinos me preguntan: '¿Cómo lo permitís?'. Por eso creo que alguien debe investigar, poner sensatez, parar toda esta situación y que el clima se normalice. No puede haber personas que actúen con total impunidad, usando el insulto, la vejación, la amenaza y la calumnia.
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