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E. C.
Jueves, 10 de enero 2013, 01:35
La Oficina de Defensa del Anciano que dirige Marcelo Laruelo denunció ayer que la residencia pública Clara Ferrer, dependiente del ERA, inició el año con carencia de toallas en los baños y falta de calefacción en las habitaciones. La entidad señaló que dichas deficiencias se vienen arrastrando desde 2012 y «se repiten en 2013».
«Hasta en el retrete del bar más cutre hay una toalla para secarse las manos, pero en las habitaciones dobles de las residencias del ERA, donde cada plaza de anciano cuesta 1.400 euros, no las hay», lamentó la Oficina de Defensa del Anciano, que acusó a la Administración pública de «racanear en la calefacción» de dicha residencia. El colectivo se mostró preocupado por ancianos con alzhéimer y demencias «incapaces de vestirse por sí mismos, de pedir una chaqueta si tienen frío o de echar una manta más en la cama por la noche».
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