Barredo se baja de la bici

Era casi un secreto a voces. Carlos Barredo (5 de junio de 1981) deja el ciclismo tras nueve años como profesional. La UCI, el máximo organismo que rige su deporte, no le perdona que el propio corredor le denunciara por querer imponerle una sanción de cuatro años por un pasaporte biológico que considera anormal, pese a que le analizaron la sangre entre 2007 y 2011 y existen unas muestras de orina en las que no encontraron absolutamente nada ilegal. Tanto el ciclista como su entorno y buen número de compañeros de profesión muestran su perplejidad ante el asunto. Los problemas de Barredo con la Unión Ciclista Internacional vienen de dos años atrás cuando el corredor fue sancionado por un incidente en una etapa con Rui Costa, en el que ambos acaban enzarzados. La UCI reclamó entonces su presencia en Suiza y le sancionó con dos meses y 36.000 euros que le exigió antes de empezar a hablar de su castigo.

Duras palabras

Al ciclista asturiano le indignó la imposición del ente federativo y, llevado por su fuerte temperamento, en un acalorado encuentro calificó con palabras muy duras a los dirigentes, críticas que aludían a su afán recaudatorio sin atenerse a ninguna valoración.

Barredo no sabía entonces que acababa de cavar su tumba en el ciclismo. Al año siguiente apareció como número uno en una lista de 'sospechosos'. Sin duda, le habían 'tomado la matrícula'. Todo ello desembocó en lo sucedido en este 2012.

Después de analizar su sangre y su orina, donde no se detectó ninguna sustancia prohibida, en un informe que recibe el corredor, la UCI seguía afirmando que su pasaporte biológico es anormal. Ante tal situación, el Rabobank, no le inscribió para el Tour por aquello de que los equipos tienen firmado un código ético por el que incluso, sin haber dado positivo, se le puede retirar la licencia a un ciclista. Barredo se quedó sin participar en la ronda gala y después, tras sufrir una caída, tampoco fue a la Vuelta.

Ante esta situación, este gijonés trató de arreglar la situación llegando a un acuerdo con la UCI, organismo que se comprometió a darle una solución en septiembre.

Sin embargo, el organismo, al margen de considerarle sospechoso, ha propuesto castigarle con cuatro años de suspensión que quedarían reducidos a dos si denuncia a un compañero o a alguien del colectivo, sea un médico, mecánico u otro componente del gremio.

La UCI ha dado traslado a la Federación Española, que aún no abrió el expediente al estar recientemente inmersa en un proceso de elecciones. Pero ante la postura del organismo internacional, Barredo mantiene un contencioso con el mismo, porque está dispuesto a defender su honor y limpieza, demostrar su inocencia.

No puede hablar, por recomendación de su abogado, pero lo hará en el futuro. Su dolorosa decisión de bajarse de la bici la expresó el pasado lunes en la gala de la solidaridad celebrada en Oviedo sin dar detalles del calvario que está viviendo. Pero el caso es Barredo ni está sancionado ni tiene abierto ningún expediente. Ahora la pelota está en el tejado de la Federación Española.

Sueños sin cumplir

Barredo logró su primera y última victoria en casa. En 2004 ganó una etapa de la Vuelta a Asturias y en 2010 coronó la cima de los Lagos de Covadonga en la Vuelta a España 2010, lo que completó con triunfo de prestigio: una etapa en el Tour Down Under (2006), una etapa de París-Niza (2008) y la Clásica San Sebastián (2009).

Estuvo en algunos de los mejores equipos como Liberty (2004-2005), Astana (2006), Quick Step (2007-2010) y Rabobank (2011-2012). Soñaba con ganar una etapa del Tour (fue segundo en una en 2009), por alzar los brazos en el Tour de Flandes o ganar una medalla en el Campeonato de España contrarreloj. Anhelos que ya no podrá cumplir.