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Jesús de Miguel, en un momento de la entrevista :: JESÚS DÍAZ
«Wert permite al PP mantener a la ultraderecha dentro del partido»
Politica

«Wert permite al PP mantener a la ultraderecha dentro del partido»

«No me preocupan tanto los ajustes como el viraje que está dando la política española hacia el conservadurismo» Jesús de Miguel Catedrático de Sociología de la Universidad de Barcelona

JAVIER FERNÁNDEZ

Lunes, 24 de diciembre 2012, 08:47

Los españoles no confían en sus políticos, pero sí en su democracia. Así lo asegura Jesús de Miguel, catedrático de Sociología de la Universidad de Barcelona, a quien los ajustes no le preocupan tanto como los cambios que desde el Gobierno de Rajoy se están introduciendo, al amparo de la crisis económica, en sistemas públicos como el educativo. El que fuera docente en Harvard y es hermano del también sociólogo Amando de Miguel, colaborador habitual de diversos medios de comunicación, estuvo a mediados de mes en Oviedo. No quiso perderse la entrega del Premio Fundación Banco Herrero a Emilio Castilla, antiguo alumno y actual colega. Asegura que el PP seguirá ganando eleciones si consigue que la ultraderecha no se desgaje del partido.

-Los últimos datos del CIS reflejan de nuevo que los españoles valoran de forma muy negativa a los políticos.

-La población no está contenta con los políticos y tampoco tiene confianza en la autoridad, algo que creo que es positivo. No esperamos a un salvador de la patria, sino que decidimos resolver los problemas por nosotros mismos. Pero pese a que la gente no confía en los políticos sí lo hace en la democracia. Los ciudadanos tampoco creen en los partidos políticos porque son organizaciones desfasadas, del siglo pasado.

-Sin embargo, la misma encuesta del CIS muestra un descontento creciente con la democracia.

-No, con la democracia no creo. Cuando hablamos de gente descontenta con la democracia española nos referimos a personas descontentas con la política tal y como se está llevando, ya sea desde el gobierno o desde la oposición. Los partidos son organizaciones pasadas de moda, como los sindicatos. Y lo más llamativo es que no existe democracia sin partidos políticos, pero estos son organizaciones muy poco democráticas. La democracia española está muy bien, en el índice de democracia del Economist Intelligence Unit, de Londres, en el número 21 de 167 países.

-Entonces, ¿en qué falla España?

-Tiene mucha corrupción pública. No es México, China o Botsuana, pero tiene más corrupción de la que debiera.

-¿Objetivamente?

-Sí. Si se maneja el índice de corrupción de Transparency International verá rápidamente que España tiene una corrupción excesiva.

-La gente se queja además de que en este país se dimite poco y que la corrupción apenas se sanciona.

-Dimitir es muy difícil. La política es una carrera profesional que exige mucho, muy complicada. Y el reciclaje no es fácil.

-¿Por qué fallan las encuestas?

-Cuando haces una encuesta postelectoral la gente suele decir que votó por el partido ganador. Además, está el voto oculto. En Cataluña la gente tiene vergüenza de votar al PP, es un tabú.

-¿Por qué cree que movimientos como el 15-M no se canalizan en opciones políticas?

-Porque no se canalizan por sistemas antiguos, como los partidos. Son un movimiento muy interesante, asambleario. Es parte de su propia ideología, no quiere tener un liderazgo autoritario o formar una organización.

-Parece que en Europa el debate sobre el déficit tiene más importancia que el del desempleo.

-El asunto fundamental es que la crisis está destruyendo lo que durante muchos años hemos conseguido en lo que atañe al estado de bienestar. No lo estamos reduciendo a cero, pero lo estamos reduciendo. Ayudar a los bancos es caro, pero no podemos imaginar las consecuencias de que caigan.

-Un corralito a la argentina, ¿por ejemplo?

-Los economistas dicen que hay que salvar a los bancos como sea, para no ir a la destrucción del sistema global. La polémica actual se da entre seguir una política de austeridad o estimular el empleo y la producción. El Gobierno central se ha decidido por la austeridad y habría que dinamizar fundamentalmente la educación, ya que tenemos un desempleo muy grande de personas que no van a volver a hacer lo que hacían. Además, España se ha convertido en uno de los países más desiguales de Europa, porque los ricos se han convertido en muy ricos, en parte por la corrupción. Y los pobres ya no son ancianos, sino jóvenes.

-¿Contribuye la austeridad a que aumente la precariedad?

-Las medidas de austeridad no están ayudando nada, están destruyendo el país, pero no sabemos si hay alguna otra solución.

-¿Podría estar la respuesta en el grado de austeridad?

-Es muy difícil saber si te pasas o te quedas corto. Y hay que tener en cuenta que no tenemos confianza en los economistas. Ni en el señor De Guindos ni en nadie. Junto con los constructores de casas nos han llevado a la ruina. ¿Cómo vamos a confiar en ellos? Yo no creo que nos vaya a salvar el Ministerio de Economía, nos tiene que salvar el Ministerio de Sanidad y el de Educación. Wert no está tomando la decisión adecuada, tenemos que invertir mucho más en educación. En momentos de crisis no hay nada como seguir estudiando.

-Muchos jóvenes se van al extranjero para esquivar la crisis.

-Los que se van son muy pocos, porque los españoles no saben idiomas. Tampoco podemos tener un interés malsano en que todos los españoles inteligentes se queden aquí, porque se van a convertir en no inteligentes. El sistema educativo español es penoso y no inventamos, entre otras cosas, por una falta de inversión. No hay duda de que los españoles tenemos que cambiar nuestro modelo económico y hacer otras cosas, tecnología, por ejemplo. Pero en ese mercado no se entra fácilmente, hay que competir con Taiwan, Singapur o Alemania. ¿Cómo consigues que la gente que antes se dedicaba al ladrillo ahora fabrique computadoras? No va a ocurrir. Así que seguramente vamos a tener una o dos décadas más de recesión económica.

-¿Como puede España entonces competir en el mercado internacional, si por una parte le falta tecnología y por otra su coste social es elevado para las multinacionales?

-Alemania, por ejemplo, lo está haciendo bien. Tiene una mano de obra cara y consigue competir. En España ya no tenemos mano de obra barata y tampoco fabricamos tecnología. Pues vamos a hacer cosas que sepamos hacer bien. Aquí la mano de obra no es excesivamente barata, pero está cualificada, se pueden hacer cosas más sofisticadas que en países como India.

-¿Cómo está afectando socialmente el drama de los desahucios?

-Lo más grave son los suicidios, ver que hay personas que ocultan que les van a desahuciar y se suicidan, porque no son capaces de encajar el deshonor. Debería plantearse públicamente que no es un deshonor que te desahucien, porque no tienes la culpa, te compraste una casa porque en cierta medida te obligaba la sociedad. No se cómo solucionar el drama de los desahucios, pero lo que está claro es que cambiar la ley no es fácil.

-¿Quedan lineas rojas traspasables?

-Eso de las líneas rojas es una tontería. Entre todos tenemos que averiguar cómo sacar el país adelante.

-¿Sanidad y educación serán objeto de más recortes?

-No me preocupan tanto los ajustes como el viraje que está dando la política española hacia el conservadurismo. ¿No hay dinero para educación? Pues aprovecho para volver a poner la asignatura de religión. ¿Que la sanidad tiene problemas? Aprovecho para favorecer a mis amigos que tienen clínicas privadas. Por ejemplo, el 95% de los abortos se hacen en sanidad privada. Si se ha admitido constitucionalmente el aborto bajo ciertos criterios, entonces se tendría que legalizar que lo haga la sanidad pública.

-¿Vamos a una privatización encubierta?

-De encubierta, nada. La privatización de la educación y de la sanidad es obvia. Somos uno de los países del mundo con más educación privada, que aquí llamamos concertada. En España no ha tenido educación universal de verdad nunca. Sanidad, sin embargo, sí. Ahora hay un gran deseo de hacer negocio con la sanidad, porque hacer negocio del sufrimiento humano es muy fácil. Aprovechar la crisis para derechizar el país me parece una equivocación. Bueno, es una opción política, pero la toman porque el PP triunfará muchos años en tanto en cuanto los ultraderechistas sigan dentro del partido. Si partidos más radicales se desagajan del PP, este se quedaría sin ganar las elecciones.

-Si, claro. Bueno, podrían ser ultra o semiultra. Y quitarían muchos votos al PP. El ministro Wert permite que la ultraderecha no se vaya fuera. El PP está muy contento de seguir teniendo a la ultraderecha dentro. En cambio, la izquierda está más dividida y así la derecha puede estar ganando elecciones años y años.

-El PP no quería reducir las pensiones, pero ha tenido que hacerlo. Es la última opción, porque los votos de las personas mayores son muy importantes. Pero las pensiones me preocupan menos que la falta de políticas a favor de los jóvenes.

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