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AZAHARA VILLACORTA
Domingo, 16 de diciembre 2012, 09:21
«Asturias vive una oleada de solidaridad sin precedentes en los últimos años». Lo afirma el Padre Ángel, de la ong Mensajeros por la Paz, pero lo corroboran también las decenas de campañas que apelan a la generosidad de la ciudadanía y que estos días se multiplican con las Navidades a la puerta de la esquina y la crisis arreciando.
Cenas benéficas, recogidas de juguetes y material escolar, operaciones kilo, maratones deportivos, mercadillos o conciertos como el que acaba de dirigir Inma Shara en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo impulsado por Ayuda en Acción. Iniciativas de empresas como Reny-Picot, cuyos trabajadores acaban de recoger un cargamento de alimentos en su Fábrica de Anleo, de centros educativos o de supermercados como Carrefour y Alimerka, que ha puesto en circulación vales canjeables por alimentos y productos de primera necesidad y que acaba de premiar a la Fundación Agua de Coco y a Global Humanitaria por su lucha contra el hambre. Acciones interiores, pero también con destino al exterior. Muchas de ellas, surgidas de la base de la sociedad, de los barrios, las AMPAS o las asociaciones de vecinos. De parroquias y colectivos, que se organizan en bancos de tiempo o libros, donar sangre, como la Escuela Politécnica de Ingeniería, o reciclar, una idea del Conseyu de la Mocedá.
Y frente a esa solidaridad de a pie creciente, en el otro lado de la balanza, la red de coordinadoras autonómicas de ONG critica el «desmantelamiento» de las ayudas a la cooperación internacional que comunidades y ayuntamientos incluyen cada año en sus presupuestos, porque, según esta agrupación, en 2013 el recorte será de un 44%, con 106 millones de euros menos para ayuda al desarrollo. Recortes que sólo en Gijón se traducirán en un tijeretazo del 75% de los fondos que el concejo dedicaba a proyectos de cooperación exterior: 900.000 euros menos en 2013.
En un intento de paliar este agujero que dejan los tajos presupuestarios en la protección social, los medios de comunicación se llenan cada día de historias de generosidad: desde personas que ofrecen un piso vacío a otra familia que lo necesite hasta abogados dispuestos a litigar gratis contra las amenazas de desahucio pasando por los funcionarios como los de la Tesorería de la Seguridad Social con sede en la ovetense calle de Pérez de la Sala, que se han movilizado a través de su Intranet para recaudar fondos con destino a Haití. Se trata de donar, al menos, «lo que cuesta un desayuno». Las instituciones con más solera están sorprendidas, reconoce Juan Luis Núñez, al frente del Banco de Alimentos de Asturias, que acaba de organizar la recogida más ambiciosa de su historia, en la que participaron EL COMERCIO y LA VOZ DE AVILÉS.
5, 10, 15 ó 20 euros
«Necesitábamos 350 voluntarios y se presentaron más de 450. Hubo una respuesta ciudadana, tanto de donaciones como de voluntariado en solo una semana que a nosotros mismos nos sorprendió», admite. Satisfecho, además, de que no parece una intención pasajera, puesto que «muchos de ellos han dejado sus datos para seguir colaborando» con el Banco de Alimentos.
Así que, a falta de concluir el recuento de lo donado, en el que trabajan veinte personas en turnos de doce horas, Núñez tiene claro que rebasarán «con mucho» el objetivo de los 100.000 kilos «de los asturianos y para los asturianos». Y lo mismo ocurrió en la Cocina Económica, cuya demanda ha crecido casi un 40% y que acaba de recaudar 7.100 euros gracias a la Asociación de Escritores Noveles en la tradicional gala benéfica anual a favor de la entidad, lo que supone un incremento del 44% sobre los cerca de 5.000 del pasado año.
O en Cruz Roja y Cáritas, las dos grandes organizaciones del llamado tercer sector, que se nutre de donativos, voluntariado y subvenciones públicas y de cuyo peso hablan los 504.000 profesionales contratados en unas 30.000 organizaciones solidarias que salpican todo el país y los más de un millón de voluntarios que cooperan de forma altruista con ellas.
Según cuenta Celia Fernández, presidenta de Cruz Roja Asturias, con más de 25.000 socios, 6.000 voluntarios en activo y 22 asambleas locales, el número de personas interesadas en prestarles su tiempo ha aumentado un 20% en los últimos tiempos. Y, aun así, no dan abasto para hacer frente a tanta necesidad.
«Estamos totalmente desbordados», reconoce Fernández, que también agradece la ayuda de entidades bancarias como Cajastur, que les ayuda a que, además de productos imperecederos, «haya también alimentos frescos» en los repartos. «Los asturianos estamos arrimando el hombro muchísimo. Estamos encantados con la respuesta ciudadana, dentro de lo dramático de la situación y de que cada vez hay más gente con mayores necesidades».
Adolfo Rivas, cara visible de Cáritas en la región, lo tiene claro: «El número de voluntarios está aumentando y, en eso, somos un ejemplo para el resto del país, pero todo es poco frente a tantos dramas, porque la pobreza cada vez es más intensa y más extensa. Tenemos casi 2.000 voluntarios con dedicación semanal y 20.000 colaboradores, pero necesitamos aún más personas que estén dispuestas a acompañar a las familias, a compartir su sufrimiento». Y crecen también los donativos. No de 20 millones, como el de Amancio Ortega, que están muy bien, pero que no construyen «una sociedad cohesionada», dice Adolfo Rivas. «Son de 5, 10, 15 ó 20 euros. Y eso dice mucho. Dice que hay miles de asturianos que están haciendo un esfuerzo con lo que tienen».
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