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JOSÉ MARÍA URBANO
Lunes, 3 de diciembre 2012, 10:55
Todo empezó con un superávit. Un exceso de financiación, en el lenguaje técnico de las subvenciones. El Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer cerró sus cuentas de 2007 con un superávit de 229.730 euros. Cuatro años después, el Gobierno regional presidido por Francisco Álvarez-Cascos consideró que esa circunstancia constituiría por si sola motivo suficiente para reclamar la subvención del Principado de aquel año de forma íntegra: 500.000 euros. Más tarde, el mismo Gobierno reclamaría también las de 2008, 2009 y 2010. En cambio, las cuentas de 2011 no ofrecen dudas, todo parece estar en orden.
La devolución de las subvenciones de los años citados constituye uno de los problemas económicos más graves apuntados por la auditoría realizada por Deloitte y entregada el pasado lunes al patronato de la Fundación Niemeyer. Los nuevos gestores de la Consejería de Cultura del Principado han optado por provisionar la cantidad de más de 1,2 millones de euros por si hubiera que hacer frente a esas devoluciones. De hecho, se han aprobado ya dos revocaciones de subvenciones, las de 2007 y 2008, por un montante de 746.000 euros, incluidos los intereses de demora.
La petición de la devolución de la subvención de 2007 se inició con una resolución del consejero de Cultura y Deporte, Emilio Marcos Vallaure, de 17 de noviembre de 2011. Antes, la Intervención General del Principado de Asturias, al amparo de una resolución del 23 de agosto de la Consejería de Hacienda y Sector Público, dispuso la realización de «un control financiero permanente sobre las subvenciones concedidas a la Fundación Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer-Principado de Asturias en los ejercicios 2007, 2008, 2009 y 2010».
Las razones de Intervención
La primera reacción fue de incredulidad en la Fundación y en el anterior Gobierno regional presidido por Álvarez Areces: las cuentas de esos años habían sido aprobadas por el patronato, contaron con una auditoría y, se suponía, habrían obtenido el visto bueno de la propia Intervención General del Principado, último órgano de la Administración regional responsable de supervisar todas las subvenciones públicas.
En cambio, es la propia Intervención General la que requiere en ese momento que se solicite el reintegro de las subvenciones concedidas por los incumplimientos puestos de manifiesto en el informe, y en particular, el reintegro del exceso de financiación de los ejercicios 2007 y 2008 por importe de 229.730 euros y 39.196 euros respectivamente.
Entre otras razones, por no figurar los contratos de los trabajadores de la Fundación, por estar soportados solamente con las nóminas y los documentos de cotización de la Seguridad Social. Los soportes de gastos en viajes, hoteles y restaurantes no se consideraban suficientes para tener la evidencia de que «de manera indubitada», respondían a la naturaleza de la actividad subvencionada, aunque se señalaba a continuación que «teniendo en cuenta la finalidad de la entidad subvencionada, debe presumirse que tienen relación con el objeto de la subven- ción». Se añadía también como motivos para pedir el reintegro de la subvención la detección de facturas en las que no se desglosan las operaciones, soportes de gastos que se realizaron en fecha posterior a la establecida como límite para la justificación, pagos en moneda extranjera sin acreditar el cambio aplicado en ese momento, no pedir al menos tres ofertas cuando el gasto superaba los 12.000 euros y no dar publicidad al Principado en los actos programados. Y una última razón: no comunicar la obtención de otras subvenciones, ayudas o recursos.
Por todo lo anterior, se solicitaba la devolución de la subvención íntegra, 500.000 euros, más los intereses de demora.
Al final, la petición de devolución de subvenciones no fue por el total de las mismas, que habían ascendido a un total de 2.070.000 euros hasta 2010. Por la de 2007 se pidieron 250.000 euros de los 500.000 concedidos por el Principado; por la de 2008, 416.000 euros, más 80.000 de intereses de demora; y en 2009, 204.000 euros más intereses. En total, hasta 2010, se han pedido 955.000 euros. Como falta por saber la petición de 2010 es por lo que la Fundación acaba de aprobar ahora la provisión de 1,2 millones de euros, tras conocer que las cuentas de 2011 no plantean ningún problema.
Fuentes de la Administración regional socialista en aquel momento señalaron a este periódico que los motivos que adujo Foro para pedir la devolución de las subvenciones son «chorradas», y que si se auditaran todas las empresas y fundaciones que reciben subvenciones «con el rigor y la minuciosidad con los que se miraron las del Centro Niemeyer, no pasaría ni una el examen». Para esas mismas fuentes, «Foro se dispuso a revisar la actuación de otro Gobierno anterior, cuatro años atrás, y para ello tuvo que modificar la normativa hasta en dos ocasiones, la última para poder llegar hasta 2007, cuando el plan de revisiones de control financiero de la Intervención General se hace siempre sobre el último año».
Los controles
La pregunta que se hace ahora es cómo es posible que si en la subvención de 2007 se detectan ya cuestiones que no estarían permitidas por la normativa vigente, nadie fue capaz de dar la voz de alarma. Y lo mismo se podría decir de lo sucedido en años posteriores. En el entorno de la exconsejera de Cultura, Mercedes Fernández, que fue presidenta de la Fundación Niemeyer, se asegura ahora que ésta «jamás tuvo que forzar ningún procedimiento para que le fueran concedidas, año tras año, las subvenciones al Centro Niemeyer, ni nunca ningún técnico le planteó inconveniente alguno».
¿Quién controla entonces las subvenciones? Alguien debería responder cuando se ha hablado de «incumplimientos», que es la palabra utilizada el 18 de noviembre de 2011 por el Secretario General Técnico de la Consejería de Cultura y Deporte, Roberto Moro Tella, cuando pone su firma para exigir la devolución de la subvención de 2007.
El Decreto 70/2004 de 10 de setiembre, de la Consejería de Economía y Administración Pública, por el que se regula el régimen de control interno ejercido por la Intervención General del Principado de Asturias, es claro al respecto. Todo el control interno de la gestión económico-financiera de la Administración del Principado y del sector público autonómico le corresponde a la Intervención General. Y por supuesto, todas las subvenciones.
El único hecho cierto es que el Centro Niemeyer fue recibiendo subvenciones año tras año, desde 2007, algo que sólo pudo suceder si la subvención del año anterior hubiera obtenido luz verde, ya que de otra forma no podría haber recibido la siguiente. Si ahora se da por hecho que hay que devolver una parte de esas subvenciones, al menos desde 2007 a 2009, es que hubo un fallo por parte del equipo gestor por no tener en cuenta la normativa; pero a la vez una dejación de funciones del patronato, que aprobó las cuentas; un fallo en el control en la Consejería de Cultura, cuya titular era también presidenta de la Fundación Niemeyer; la de sus servicios técnicos, y finalmente en la Intervención General, para llegar a la conclusión de que ni un solo filtro funcionó.
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