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LAURA FONSECA
Domingo, 11 de noviembre 2012, 02:38
El consejero de Sanidad acusó ayer al Sindicato Médico (Simpa) de tensar en exceso el conflicto y de aplicar una «estrategia de ruptura» cada vez que «se produce algún avance». Faustino Blanco -que asistió en Gijón a la entrega del IX Galardón Lúpicos de Asturias al doctor Francisco Ortega- indicó que «la escalada de tensión del Simpa ni se entiende, ni se justifica». El titular de Sanidad se pronunciaba en estos términos un día después de que sorpresivamente la central médica diera por rotas las negociaciones por un conflicto desatado en el HUCA a cuenta de los servicios mínimos y que derivó en la apertura de expedientes por parte del Servicio de Salud (Sespa) a 14 facultativos.
Blanco señaló que el Simpa lleva actuando así desde finales del verano, cuando se iniciaron las movilizaciones en protesta por la ampliación de jornada. «En agosto, antes de acabar el periodo de negociaciones en las mesas, este sindicato, unilateralmente y sin acabar esa fase, convocó una huelga. En octubre, en otro momento fuerte de la negociación cuando parecía que las cosas se querían enfocar, volvieron a la misma metodología y convocaron doce días más de huelga para noviembre. Ahora se produce nuevamente este fenómeno y encima empiezan a plantear la idea de desgobierno en los hospitales», señaló el consejero, que lamentó que haya «unos dirigentes del Simpa que estén tensionando mucho la organización» cuando por otro lado «percibimos que en el colectivo profesional en el ámbito sanitario están instando a la negociación».
La lectura del Simpa es bien distinta. Fuentes sindicales acusaron a la Administración sanitaria de «provocar» al impedir que médicos del HUCA que estaban de servicios mínimos se pudieran cambiar por otros profesionales y poder así secundar la huelga del viernes. En un comunicado de prensa, el Simpa le recuerda a Blanco que «este sindicato no pone piquetes y cumple escrupulosamente con los servicios mínimos».
Falta grave
Los facultativos expedientados se enfrentan a una grave sanción que podría derivar en la suspensión de empleo y sueldo durante meses. El HUCA les acusa de abandonar los servicios mínimos, extremo que los afectados niegan «puesto que no abandonamos en ningún momento nuestro puesto de trabajo», precisaron a EL COMERCIO.
El Simpa aseguró ayer que volverá a la negociación «cuando se garantice el derecho a la huelga», es decir, cuando se resuelva el problema sobre aplicación de los mínimos que se originó en el HUCA, pero que también ocurrió en otros hospitales, entre ellos, el Álvarez-Buylla, de Mieres. Sobre este extremo, el consejero de Sanidad recordó que «la mesa no la hemos cerrado nosotros» y se mostró confiado en que «los dirigentes del Simpa reflexionen después de esta nueva escalada de tensión» y vuelvan a la mesa de negociación de la que se retiraron «de manera unilateral e injustificadamente», valoró.
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