Fallece el exarquitecto municipal César Fernández Cuevas, a los 77 años

Fue arquitecto municipal durante más de 20 años y 'padre' del nuevo urbanismo de Oviedo. César Fernández Cuevas falleció ayer, en Gijón, a los 77 años. Sus restos mortales serán incinerados hoy en el tanatorio de Cabueñes, a las 12.30, y el funeral por su eterno descanso se oficiará mañana lunes, a las cinco de la tarde, en la iglesia parroquial de San Julián de Somió.

El alcalde Agustín Iglesia Caunedo, que conoció la triste noticia durante un acto oficial, lamentó el fallecimiento de quien, tras su jubilación en 2004, se convirtió en asesor de Gabino de Lorenzo en materia urbanística. Estaba casado con África García-Balmaseda Ramos y tenían cuatro hijos: César, José, Pedro y Marta.

El también exregidor de la ciudad, Antonio Masip, recordó que Fernández Cuevas «entró de arquitecto municipal conmigo», prácticamente mediada la década de los 80. Fue «un excelente profesional», sintetizó. De la misma opinión es el exconcejal popular José María Fernández del Viso, quien además resaltó su «gran nivel y trato exquisito con todo el mundo». Porque César Fernández Cuevas «no era un técnico suficiente, sino que resaltaba por su sencillez».

Trabajó de la mano de Gabino de Lorenzo. El alcalde le confío sin ir más lejos la llamada 'operación de los palacios', es decir los dos edificios, uno en Buenavista y otro en El Vasco, bajo el diseño de Calatrava. Una operación de calado y que ha dado más de un quebradero de cabeza. Pero Fernández Cuevas estuvo detrás de mucho más. Su huella está en Oviedo: «Creía realmente en un proyecto urbanístico para la ciudad que terminó imponiendo. Con razón o sin ella, tenía una capacidad más que sobrada para proyectar el urbanismo», resumió el exconcejal socialista Jorge Fernández Cuevas. «Sirvió de mano derecha del urbanismo de Oviedo a Gabino de Lorenzo», incidió.

Bajo esa estrecha relación con el exregidor, se 'escondía' una «enorme capacidad de trabajo», según resaltaron quienes coincidieron con él en la Casa Consistorial. «Nunca cerró la puerta del despacho a nadie».