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El otoño se acerca
EL RINCÓN DE MAVEA

El otoño se acerca

PPLL

Viernes, 7 de septiembre 2012, 19:52

El último mes estival ya es plena época migratoria para muchas aves y algunos insectos. Entre éstos destaca la mariposa Vanesa atalanta, que estos días estamos viendo entrar muchas de la mar. Esta especie es común en Asturies y tiene dos generaciones anuales: una primaveral (mayo-junio) y otra estival (agosto-septiembre), a las que se unen ahora las que vienen del Norte (Islas Británicas, Escandinavia). De esta dura travesía para un ser tan frágil, da muestra lo deterioradas que llegan en sus alas.

Otro insecto migratorio que nos aparece estos días son las mantis religiosas. Algunas crían aquí, pero otras llegan siempre en septiembre-octubre (desconocemos su origen) para poner sus huevos, que nacerán en la primavera siguiente.

Pájaros están llegando a montones. Últimamente son muy notorios los papamoscas cerrojillos y las tarabillas norteñas. También currucas capirotadas y palomas torcaces, que se dirigen a los arbustos cargados de frutos, como las zarzas y los saúcos. Y es que muchas aves insectívoras obtienen energía para sus viajes gracias a los azúcares que toman de los frutos silvestres. Desde que salen de sus zonas de nidificación (Ártico, Centroeuropa) van parando en las campiñas ricas en frutos, que son sus gasolineras. Y el litoral cantábrico les aprovisiona en gran medida.

En los censos lunares que efectuamos la pasada semana con luna llena, registramos que los pajarillos iban rumbo Sur, hacia más allá del Sáhara.

Acuáticas

Cientos de aves acuáticas migratorias paran en la ría avilesina cada día. Llama la atención la cantidad de gaviotas que se posan en las playas y espigones. Algunas están anilladas y vemos que las Patiamarillas proceden sobre todo de Cataluña y Euskadi. Esto se debe a que los mares de esos lugares son más pobres en recursos que los del occidente cantábrico y Galicia, por lo que van a los sitios que más comida les proporcionan.

Muchas especies saben que la Ensenada de Llodero es un oasis en la costa, y paran a descansar y alimentarse. Así, es fácil observar más de 200 limícolas de 10 especies, entre los que se incluyen zarapitos, correlimos, chorlitejos, vuelvepiedras, archibebes, agujas etc. Como necesitan comer mucho en poco tiempo, aprovechan también la noche para moverse. Los que tienen los picos largos, sondean los fangos sin problemas durante la oscuridad, ya que poseen unos pelillos en el extremo del pico que detectan el movimiento de sus presas (cazan de forma táctil). Los que tiene los picos cortos cazan de forma visual, y aprovechan la luz de la luna o la eléctrica (farolas, industrias) para ver a sus presas.

La primera decena de septiembre suele ser el momento de mayor concentración de limícolas durante el paso postnupcial en Avilés. Animamos a la gente a acercarse al observatorio de San Balandrán para disfrutar de su observación, pero siempre sin bajar a la playa, pues las aves llegan tan cansadas, que si se espantan, pueden agotar las últimas energías que les quedan y morir.

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