«Un lugar para mayores»

. Separado por un paso a nivel de ferrocarril con barreras y rodeado de cotos de pesca y caza, se encuentra la aldea de Pintoria, a unos 12 kilómetros de la capital.

Esta parroquia rural es la menos poblada de todo el concejo. «Para los muchachos esto no es vida , no hay nada», comenta Antonio Cristóbal, vecino de la localidad, «aunque el lugar es muy singular y tranquilo para personas mayores y aquellas que quieran relajarse y apartarse de la ciudad, aquí cualquier joven se volvería loco, los pocos que hay, hacen su vida en Oviedo», añade.

Aunque todo parece muy rural, «aquí no vive casi nadie del campo, la mayoría de personas son obreros de la fabrica de Trubia y de la Química; los que tienen huertos, los trabajan y cuidan por entretenerse y divertirse, solo los que trabajan en la plantación de kiwis en la orilla del río, tienen más relación con el campo», comenta Fernando Pérez Riesco, un habitual de las innumerables rutas de senderismo de la localidad.

La gran plantación de kiwis a la orilla del Nalón desde la que se exportan toneladas de fruta hacia Europa, defiende la importancia estratégica de este cultivo para la comarca. «Más del cincuenta por ciento de los kiwis que se consumen en Asturias se producen aquí», añade Riesco.

Pintoria fue coto independiente con Ayuntamiento en 1504. En 1884 se segregó del concejo de Grado y junto a Trubia y Udrión pasó a formar parte del concejo de la capital. Las entidades que integran la parroquia son: Pando, Picayo y Pintoria, además de numerosos barrios y caserías.

La iglesia está dedicada a Santa María y se encuentra situada en el cuadrante suroccidental del concejo y está abierta todos los domingos. «Pero el rincón más importante de la aldea no es su iglesia, sino la ermita de Santa Tecla», cuenta Antonio. Algo apartada del pueblo, sobre un alto con interesantes paisajes sobre el río Nalón, se sitúa este santuario, donde sobresalen una gran espadaña de dos arcos (donde se conserva una campana del año 1817 con una cruz ajedrezada), un suelo de losas de piedra, la cubierta de madera y un arco interno de medio punto. Dentro, acoge una talla barroca de la patrona.

Al este del templo, se levantan el caserón de Santullano, un amplio edificio de finales del XIX (que se encuentra prácticamente en ruinas) y el caserón de Ladreda, del que solo se conserva el hueco del escudo en la actualidad.

Pintoria no presenta síntomas de abandono o dejadez, aunque el número de habitantes sea bajo. Tienen centro social, en una casa rehabilitada que pide una mano de pintura, y una pista polideportiva para los jóvenes que casi no hay y los que hay prefieren la cercanía de Trubia. Salvo cuando se acerca la fiesta. «Siempre celebrábamos las fiestas de Santa Tecla a finales de septiembre en La Llana, con subida en procesión y una bonita misa, pero este año se celebrarán el último domingo de agosto, habrá misa pero no fiesta, la crisis afecta hasta en un sitio como este», cuenta Aquiles Segovia Sánchez de 77 años de edad y nacido en Pintoria.