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El pabellón de la calle Postigo es uno de los elementos más antiguos. El plan contempla para el inmueble de Dimas Cabeza conservar la fachada. :: JESÚS DÍAZ
De fábrica de gas a parque urbano
Oviedo

De fábrica de gas a parque urbano

ANA SALAS

Domingo, 22 de julio 2012, 15:30

Fabricaba gas, pero también generaba y transformaba energía eléctrica y suministraba agua potable a la ciudad. Incluso realizaba subproductos de uso industrial como cok, yeso y cal. Creada por la Sociedad del Gas en 1857, se integró en 1939 en Hidroeléctrica del Cantábrico-Saltos de Somiedo. Vivía su máximo esplendor. Eran los años de crecimiento, en los que se construyeron algunos de los elementos más singulares del complejo incluido en el Plan Nacional de Patrimonio Industrial y parte del Registro de la Arquitectura Industrial de Asturias adscrita al Movimiento Moderno dentro del Inventario del Docomomo Ibérico, tal como recoge una guía elaborada por Incuna - la asociación de arqueología industrial Máximo Fuertes Acevedo-.

La sociedad fue cambiando, sus necesidades, y su tecnología se fue adaptando, pero el declive de una planta extramuros del Oviedo medieval fue inevitable. El mes de julio de hace 27 años cerró. Su dueña mayoritaria, HC, buscó desde entonces una solución para el complejo. No logró, sin embargo, el apoyo de políticos y se topó con la negativa de buena parte de la ciudad, que reivindicó un uso cultural del espacio industrial.

En 2007, el arquitecto gallego César Portela elaboró, por encargo de la compañía, un plan especial para tratar de aparcar la polémica y comenzar una nueva etapa para la fábrica, convertida en un «pequeño parque urbano» conectado con el casco antiguo. El documento tuvo que aprobarlo el Ayuntamiento, el Gobierno regional, la CUOTA y volver al Consistorio, que el pasado martes le dio el visto bueno definitivo. Solo un grupo, IU, no levantó la mano para votar a favor. El resto consideran que el plan es bueno, que conjugará patrimonio con usos residenciales y culturales. Suavizaron sus críticas a un proyecto que protege los elementos singulares, elimina lo deteriorado y permite construir un centenar de viviendas con las que sufragar la operación. Así será la fábrica. HC comenzará con la demolición de los elementos que no conservará del conjunto industrial, un recinto que no cuenta con ninguna figura de protección oficial. No es BIC ni figura dentro del Inventario de Patrimonio Cultural de Asturias. Ni siquiera del catálogo urbanístico de la ciudad. Derribará los que «se encuentran en mal estado, o quitan visibilidad, o agobian y dejan sin el espacio necesario a los elementos singulares», especifica Portela en su plan para 12.361 metros, de los que 257 aún no pertenecen a HC y tendrá, por tanto, que expropiarlos.

En concreto, elimina varios almacenes, el conjunto de dependencias para oficinas, una nave taller, el edificio del economato, el anexo al horno, el dedicado a viviendas y taller, y la estructura complementaria del depósito de agua y horno. También el interior del inmueble de la calle Postigo (la fachada se mantiene).

Restaurará y conservará el gasómetro, la marquesina de hormigón armado, la chimenea de ladrillo, el depósito de agua de ladrillo y hormigón, el horno de ladrillo y la escalera de hormigón, y los edificios en buen estado que HC cederá al Ayuntamiento, además de la fachada del Edificio Azul de Joaquín Vaquero Palacios. «Dado el estado de ruina de su interior» permite actuar y dedicarlo a pisos manteniendo la fachada y la volumetría principal. Es «la imagen de la fábrica» a la calle Postigo, una pieza en la que «se integran las bellas artes con la arquitectura».

Aparte, en el recinto construirán tres edificios nuevos evitando que «interfieran y desvirtúen la imagen actual del conjunto». Estarán en la parte más próxima a Postigo, en la cota más baja de la parcela. Se destinarán a viviendas, tendrán bajos comerciales y aparcamientos. En total, serán 95 pisos de 120 metros cuadrados cada uno, distribuidos en los cuatro inmuebles para los que no permite más de cinco plantas.

Respecto a los nuevos, Portela apuesta por una nueva arquitectura «alejada de modas pasajeras», «potente», «singular, emblemática y fiel expresión de sus contenidos», que constituya «un hito de modernidad» y un «símbolo de los nuevos tiempos». La ordenanza municipal advierte de que los áticos solo podrán usarse para máquinas de ascensores, que los materiales de las fachadas podrán ser de piedra natural, pero nunca de ladrillo cara vista o falsa mampostería, y que las carpinterías tendrán solo un color.

Vender suelo

Pero antes de la construcción, cuando HC tendrá que plantearse si vender el suelo para que otra empresa levante las viviendas, deberá restaurar y reparar los elementos a conservar y después urbanizar el interior. En las tres fases previas a la construcción invertirá cerca de cuatro millones de euros y, por tanto, esa será la cuantía mínima que deberá obtener para que la operación no le suponga ningún coste. Aunque no sería raro que la empresa pretenda recibir una mayor compensación económica para dejar cerca de 9.000 metros de suelo público. A lo anterior hay que sumar una calle trasera que ejecutará Cinturón Verde sobre la plataforma de la antigua vía del tren. Además, el documento contempla la posibilidad de realizar una conexión peatonal con el callejón de San Benito y la calle de San Vicente mediante una pasarela elevada «o algún tipo de instalación ligera».

El plan especial ahonda en la fábrica como «señal de identidad, icono en el aspecto industrial y artístico de esta ciudad» y en el recinto que constituye, «en su conjunto, una muestra dispar y completa de la arquitectura asturiana de los últimos 100 años». Funcionó durante un siglo en el que la técnica evolucionó y la factoría se amplió y remodeló. Una característica que explica la peculiaridad del conjunto «histórico-artístico a través del que podría explicarse la evolución de la arquitectura asturiana del siglo pasado» con las firmas de Patricio Bolomburu, Franciso Casariego, Miguel García Lomas-Somoano, Joaquín Vaquero Palacios, Joaquín Cores o Ildefonso Sánchez del Río.

Conserva valores «de una gran diversidad y complejidad» que otorgan «de una gran singularidad y notoriedad al conjunto constructivo». Un área que «puede tener interés cultural, ser contenedor de valores funcionales, tecnológicos, científicos, estéticos, históricos, artísticos, urbanísticos, simbólicos, pintorescos e incluso míticos», que se han ido «asentando, sedimentando, remodelando y volviendo a sedimentar, con el tiempo, en el interior de este recinto perfectamente delimitado».

Para este lugar que Portela define con mimo plantea una «tercera vía» (ni la demolición ni la transformación en un «parque temático», que sería «grotesco» y carecería de «futuro»): restaurar «lo bueno» de otros tiempos que se conserva con el «mayor respeto si cabe al presente, tratando de que lo que se haga sea útil, bello y capaz de integrarse y llevarse bien con las preexistentes, y que la parcela, «un trozo de ciudad rico, diverso y confortable», ayude a «subliminar la ciudad de Oviedo en su conjunto y no a destruirla».

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