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GONZALO DÍAZ-RUBÍN
Miércoles, 18 de julio 2012, 11:08
«Quien diga que esto es descatalogar, desproteger o tirar fachadas es que no entiende la realidad y la complicación de conservar nuestro patrimonio». El concejal de Urbanismo, José Ramón Pando, defendió ayer con vehemencia la modificación del Catálogo para pasar en bloque los 844 edificios con protección parcial (P1 y P2) a protección ambiental. En efecto, los edificios ni se descatalogan, ni se desprotegen. Los 844 seguirán incluidos en el documento de protección, pero lo de «tirar fachadas» será más fácil. Lo reconoció el propio concejal de Urbanismo.
El Pleno debatió, primero, la rebaja de la protección del número 22 de la calle de San Isidoro, el edificio del pub El Paraguas, a instancias de sus propietarios, y, a continuación, aplicar la misma medicina, con carácter general, al resto de elementos con protección parcial. El portavoz de IU, Roberto Sánchez Ramos, denunció que fue un escrito de los dueños del primero, en octubre de 2006, lo que puso en marcha el proceso para rebajar la protección. Pando le replicó: «Tardó seis años (en aprobarse la rebaja de protección de El Paraguas) desde el día en que se inició la idea. Si tenemos un propietario que quiere hacer algo, se nos va a ir a otra parte», protestó, aunque no aclaró si se llevaría el edificio.
Sostuvo que muchos de esos bloques no reúnen condiciones de habitabilidad, tienen deficiencias básicas en suministros, padecen fatigas de materiales y de seguridad que no se recogen en las fichas del Catálogo, «porque solo se comprobaron desde el exterior» durante la redacción del documento. En el caso de que el estado de conservación real no coincida con el de la ficha y el edificio requiera una intervención mayor de lo previsto, obliga a tramitar una modificación del Catálogo, que, en el caso de El Paraguas, tardó seis años.
Si esas son las razones para eliminar los límites a las reestructuraciones, Pando insistió en que la rebaja conlleva las «mismas garantías» que se piden para intervenir en un edificio con protección integral o monumental, «como en La Catedral o en Santa María del Naranco»: informes previos, catas y el visto bueno de la Consejería de Cultura y la CUOTA, además del municipal. «El filtro de dos administraciones debe ser garante de la preservación y de que no se altere el entorno», insistió en su intervención el concejal de Foro, José Donate, quien ejemplificó que los propietarios de El Paraguas «no quieren tirarlo», como adelantó ELCOMERCIO, y han prorrogado el contrato de arrendamiento del pub.
«No podemos mirar cada piedra, cada fachada. Dejémoslo en manos de profesionales», insistió Pando. Recordó que el trámite cuenta con el visto bueno del Principado -«yo no estaba aquí, pero lo leí en los periódicos»- y defendió la posibilidad incluida de hacer garajes respetando los vanos de la fachada, como se ha hecho en el edificio de la Sindicatura de Cuentas.
«Barbaridad»
El ejemplo elegido le sirvió al portavoz de IU, Roberto Sánchez Ramos, para recordarle que la empresa que luego vendió el edificio al Principado tuvo que indemnizar por la luces perdidas a los colindantes debido al aumento de la edificabilidad que le concedió el PP. Pudo recordar también que el edificio original fue destruido por un incendio provocado y alimentado con cientos de litros de aceites. No lo hizo. Denunció que la medida se trata «de urbanismo a la carta», «de crear un mercado en la parte antigua de la ciudad». También que los edificios que pierden la protección, «son los mismos que protegimos y votamos en el Pleno hace seis años». Los mismos que mandó proteger la CUOTA y la Consejería de Cultura.
«Dicen que están en malas condiciones, ¿todos?, ¿los 844?, ¿dónde están los informes que lo dicen? Informes de funcionarios públicos, no de técnicos contratados», protestó.
«La modificación tiene un solo objetivo: que los promotores puedan derribar edificios protegidos», resumió Alfredo Carreño, portavoz del PSOE. Subrayó que el Catálogo ya permite reducir el porcentaje a conservar de un edificio con protección parcial cuando las condiciones técnicas así lo aconsejen, por malos materiales o problemas de habitabilidad. «Es una barbaridad», concluyó, porque «va a introducir mayor subjetividad» y puso el acento en que, en muchas de esas casas, «vive gente mayor, ¿las vamos a tirar y los ponemos en la calle?». Del mal estado de algunos inmuebles, culpó a «la desidia» de propietarios y al Ayuntamiento, para recordar a Foro que «Urbanismo sigue siendo competencia nuestra» y propuso una ITV de edificios.
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