«El vino blanco no es sólo para pescados, ese tipismo lo ahoga»

Ramón Huidobro no es sólo experto en enología, sino que su formación incluye ser geógrafo y conocer perfectamente las circunstancias históricas y etnográficas de Galicia. Esta visión ayuda tener datos precisos sobre lo que significa el vino en la cultura gallega y española, que desembocan en el actual éxito del mal llamado 'albariño' por extensión de la exitosa y afrutada uva de cepa.

-¿Qué argumento pondría sobre la mesa para convencer que Rías Baixas es un vino de referencia?

-En Galicia tenemos cinco denominaciones de origen. Allí, Rías Baixas es la cuna de los 100% de uva albariño, pero tenemos otros vinos. Casi todos blancos, sí, pero también tintos, aunque de estos sólo comprenden un 0,5% de la producción total anual. Y este año, además, saldrá un espumoso. Lo curioso es que a nuestro vino se le llama Albariño, que es como si a todos los Rioja los llamasen tempranillo. Es una realidad que se nos denomine así, y aunque sea una especie de confusión, veremos cómo evoluciona esto de cara al futuro.

-¿Influye el hecho de que el entorno de sus cultivos sea una zona costera?

-No podemos desligar un vino de los factores culturales que lo rodean. Como tampoco de los físicos como son el suelo o la climatología. Ni tampoco, como es lógico, la variedad de uva. No tenemos crianzas ni reservas, pero sí vinos de excelencia ligados a una tradición muy antigua.

-Se suele asociar vino blanco sólo para consumir con pescado y marisco

-Eso es un tipismo clásico, como lo es que el vino blanco salía del diezmo que cobraban los monjes de la Iglesia en la Edad Media, y que el vino tinto era el de uso diario, menos refinado. Aun siendo cierto, estamos ante un estereotipo que actualmente nos ahoga, y debemos hacer por romper ese tópico. Y ya hemos logrado, además de hacer vinos tintos -que no son albariño, lógicamente-, que nuestros vinos blancos se asocien en armonía con comida india u oriental. Así lo ven los americanos, y a mí me ha llegado a decir un periodista estadounidense que la mejor virtud de nuestro vino es que 'se bebe fácil'. No hay mejor definición, realmente, para el éxito de nuestros vinos.

-¿Influyó la campaña 'Galicia Calidade' en ese derribar fronteras del blanco gallego?

-Por supuesto. Fue esencial, una clave y un primer paso hasta la excelencia. De hecho, recomiendo a cualquier bodega que apueste por la máxima inversión de cara a conseguir un producto que logre la calidad y el status de lujo. Eso repercute en un marketing de excelencia y una buena inversión publicitaria que apuntale su valor.