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E. R.
Martes, 19 de junio 2012, 02:30
Después de estudiar cómo son y cómo actúan los nonagenarios y las personas que llegan al siglo de vida, el catedrático de Ciencias de la Conducta del departamento de Medicina de la Universidad de Oviedo, José Antonio Flórez, ha podido comprobar cómo «el pensamiento positivo y estimulante tiene mucho que ver con la estabilidad emocional y la integridad del sistema nervioso y, en consecuencia, con la generación de las hormonas de la felicidad, las endorfinas».
Según explicó en la conferencia que impartió ayer en la Casa de Cultura de Taramundi, dentro del IV Foro Comunicación y Escuela del IES Luis y Elisa Villamil de Vegadeo, existe un tipo de personalidad prolongeva; hay personas con habilidades especiales para manejar conflictos familiares y sociales, capacidad de resistencia y adaptación al medio, lo que influye en el sistema nervioso central y el sistema inmune, y en mantener a raya la presión arterial, enfermedades cardiovasculares o el cáncer».
Añadió que «la amabilidad, la generosidad, el agradecimiento y el amor están relacionados con el control de las hormonas del estrés y se relacionan también con una mayor longevidad. La máxima de estas personas es 'ya pasará'. Actúan con relativismo, valorando el aquí y ahora, la vida, y afrontándola con ilusión».
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