«Jetas hay en todos los trabajos, pero aquí son los menos»

A las tres y media de la madrugada, tuvo «un control de jabalí»: «Vamos con el visor nocturno y, si podemos abatirlos, los abatimos». Pero, además de estar pendiente de los daños de la fauna salvaje a horas intempestivas, Victorino Rivero, funcionario del Principado con una antigüedad de 21 años a sus espaldas, guarda del Medio Natural, tiene a su cargo un catálogo de tareas que abarcan de la vigilancia fluvial (en su caso, en el precinto de salmones de La Rodriga, Cornellana) a la ambiental y de cacerías, pasando por los controles de población de especies como el corzo. Lo hace con gusto a lo largo y ancho de un vasto territorio que se extiende «desde la frontera con Somiedo hasta Cudillero». «Trabajar al aire libre es estupendo, aunque, a veces, te nieve, te llueva o te truene en el monte». Y no tiene tiempo para aburrirse: «Llegamos a tener hasta cinco o seis daños del lobo al día en esa zona tan amplia. Jetas hay en todos los trabajos, pero aquí son los menos».