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En el centro, Jesús Iglesias, durante la asamblea de IU de Gijón de ayer. A la izquierda, Ceferino Garcia Treceño y Jorge Espina. :: ÁLEX PIÑA
Una ajustada votación de los militantes de IU rechaza entrar en el Gobierno con el PSOE
Politica

Una ajustada votación de los militantes de IU rechaza entrar en el Gobierno con el PSOE

Las bases vetan por la mínima el pacto, que daba dos consejerías a la coalición, y Javier Fernández liderará un gabinete monocolor

ANDRÉS SUÁREZ

Viernes, 25 de mayo 2012, 13:47

El acuerdo alcanzado por PSOE e IU en la madrugada del miércoles al jueves que se traducía en la formación de un Gobierno compartido para los tres años de la legislatura no superó la prueba de la militancia de la coalición. Por una diferencia mínima de solo 16 votos, un resultado provisional al cierre de esta edición y a expensas del recuento de las últimas actas, las bases rechazaron un pacto que concedía a la formación dos de las ocho consejerías que darán forma al gabinete que presidirá Javier Fernández, y que se sustentaba en un programa de mínimos que intentaba trazar unas líneas rojas en defensa del Estado del Bienestar y de los servicios básicos. Pero el 'no' fue claro y triunfó la tesis de quienes ven mejor quedarse fuera y, a partir de ahí, modular los apoyos a los socialistas en función de las políticas que pongan sobre la mesa. Habrá un gabinete monocolor.

El rechazo al pacto es un golpe duro de las bases de IU a su dirección, que en el consejo político del lunes dio luz verde a explorar las opciones de entendimiento con el PSOE con vistas a entrar en el Gobierno. Las negociaciones entre ambas partes comenzaron casi de inmediato y se prolongaron de forma paralela a la celebración del pleno de investidura. El consenso se cerró a última hora, apenas con tiempo para llamar a pronunciarse a la militancia. Lo hizo en la tarde de ayer y el posicionamiento se conoció a medianoche.

Según los datos de IU, 661 militantes se posicionaron en contra del pacto, el 49,81% del total, mientras que 648, el 48,83%, lo hicieron a favor. Hubo 18 abstenciones. El veto fue mayoritario en Gijón y Avilés y especialmente en las cuencas.

No cuajó, pues, la tesis defendida por la mañana por el coordinador general, Jesús Iglesias, partidario de atender el llamamiento de la sociedad «para cerrar el 'annus horribilis' que hemos vivido» y para activar una respuesta a la recesión «desde la izquierda». Entrar a formar parte del Gobierno en una situación como la actual, sostuvo Iglesias, sería «una decisión arriesgada en un momento duro». Pero la crisis «es la hora de los valientes», apostilló, urgiendo a la militancia a respaldar el acuerdo con los socialistas. Su emplazamiento a las bases, al final, no prosperó.

Y eso que el acuerdo en sí reforzaba la posición de IU dentro del gabinete si se toma como referencia el anterior Ejecutivo compartido, bajo la Presidencia de Vicente Álvarez Areces. Entonces la coalición ostentaba las dos mismas consejerías que ahora estaban sobre la mesa, Bienestar Social y Agroganadería. Pero aquel Gobierno estaba formado por diez departamentos frente a los ocho del que pilotará Javier Fernández. Además, ahora se aseguraba a Iglesias y los suyos una dirección general en Hacienda, probablemente la consejería con más peso en la futura administración. En concreto, la de Patrimonio. Una representación que los negociadores habían considerado ajustada a sus intereses.

La dirección de IU, como argumentó Iglesias, también consideraba adecuadas las líneas programáticas consensuadas con el PSOE para intentar dar «una salida de izquierda a la crisis» e intentar minimizar los ajustes que ya está aplicando el Estado y los que previsiblemente tendrá que ejecutar el Principado sobre los servicios básicos. En esencia, sobre la sanidad y la educación.

El documento fijaba como «objetivo prioritario» el mantenimiento de los servicios públicos y establecía la creación de empleo como principal reto a alcanzar, para lo que planteaba el estímulo de planes locales. Asimismo, socialistas e IU apostaban por dar un «apoyo decidido» al sector industrial y la minería.

El texto recogía además una serie de medidas concretas que, en muchos casos, fueron las que Iglesias defendió el miércoles en el debate de investidura. Entre ellas, la garantía de una atención sanitaria universal, la apuesta por la educación pública frente a los conciertos, el impulso de la red de 0 a 3 años «según la disponibilidad presupuestaria» o la agilización de los expedientes pendientes de tramitación del salario social y la ley de dependencia.

El entendimiento PSOE-IU queda, pues, en papel mojado, y sitúa a Javier Fernández ante el reto de formar un gabinete monocolor que tendrá asegurado el respaldo de sus 17 diputados y el de UPyD, pero expuesto a la actitud que adopte Izquierda Unida. Porque, al margen del Ejecutivo conjunto, las otras opciones que se habían puesto sobre la mesa eran el acuerdo de legislatura o bien el escenario que se perfila como más factible, la política de pactos puntuales en función de la acción de gobierno socialista.

El consejo político de IU se reunirá hoy mismo para analizar el resultado y valorar la estrategia a seguir. El consejo iba también a proponer a Aurelio Martín y Ángel González para las dos consejerías en cuestión, pero ese escenario es ya inviable.

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