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ANDRÉS SUÁREZ
Jueves, 17 de mayo 2012, 13:40
Con los 17 votos de su grupo parlamentario, los 5 de IU y el decisivo respaldo de UPyD, Javier Fernández se convertirá el próximo miércoles en presidente del Principado. El escaño en el alero, el que decidía si la mayoría caía del lado de la izquierda o la derecha, se decantó finalmente por el PSOE, en virtud del acuerdo de legislatura sellado en la tarde de ayer entre los socialistas y UPyD, presentado en público por el diputado en cuestión, Ignacio Prendes, y la líder nacional de la formación, Rosa Díez. Después de una semana de estancamiento, una vez que existía un consenso general en todos los temas pero se tropezaba en la reforma electoral, el entendimiento se precipitó a raíz de la amenaza del Ministerio de Hacienda de intervenir Asturias ante su situación de inestabilidad política y las consecuencias sobre sus finanzas. En ese escenario, ambos partidos aceleraron una negociación que, finalmente, encontró una fórmula sobre la ley electoral satisfactoria para las dos partes. «Esta región tendrá un Ejecutivo solvente y estable», resumió Díez.
El pacto puso punto y final a varias semanas de incertidumbre y tira y afloja que habían desembocado en un escenario curioso. A la vez que UPyD tenía cerrado un amplio acuerdo con el PSOE, a excepción de esa reforma electoral, el partido de Prendes mantenía contactos con una derecha que, repartida entre Foro y PP, vivía una contienda política que se agravó en los últimos días, a raíz de la amenaza del Gobierno central de intervenir Asturias. Todo se mantuvo en el aire hasta ayer por la mañana, cuando Fernández y Prendes volvieron a reunirse para intentar desencallar el asunto. Y, aunque los contactos se prolongaron hasta instantes antes de su presentación, el acuerdo consiguió abrirse paso.
¿Por qué tantas prisas? Básicamente, porque hoy mismo se celebra el Consejo de Política Fiscal en el que el Ministerio de Hacienda analizará los planes de ajuste de las distintas comunidades y decidirá cuáles aprueban y cuáles no. Los que formen parte de este segundo paquete pasarán una nueva prueba en 15 días y, de volver a recaer, se abriría el fantasma de la intervención. El titular del departamento, Cristóbal Montoro, justificó precisamente en la inestabilidad política el aviso de tutela. De ahí que PSOE y UPyD escogieran la víspera de ese consejo para hacer ver que en el Principado hay un Ejecutivo «sólido» y que además «respetará el pacto de estabilidad». El acuerdo así lo menciona expresamente.
«Nadie tiene ya disculpas ni coartadas para intervenir aquí», argumentó Rosa Díez, incidiendo en que hay autonomías «más endeudadas y en peor situación» que Asturias a las que desde Hacienda no se ha dado ningún toque de atención. Queda por ver, pues, que dirán hoy Montoro y su equipo tras este giro en los acontecimientos.
¿Qué ha cambiado para que el escollo infranqueable de la reforma electoral haya finalmente caído? En esencia, que ambas partes han cedido. Inicialmente, el PSOE se comprometía a abrir el debate, sin más, y exigía que para impulsar un cambio legal de tal calado fuese necesaria la unanimidad del Parlamento. Mientras, UPyD ponía como requisito indispensable la fusión de las tres circunscripciones actuales en una sola. Al final, ni una cosa ni la otra.
El compromiso que recoge el acuerdo es la creación «inmediata», en palabras de Prendes, de una comisión en la Junta General que aborde esa reforma, en la que tanto UPyD como el PSOE impulsen un cambio normativo que persiga, tal y como agregó Díez, que «el voto de todos los asturianos valga lo mismo». Y es aquí donde empiezan las cesiones.
El objetivo de la reforma pasa a ser la corrección de los desequilibrios en el valor del voto y el perfeccionamiento de la fórmula electoral que garantice una mayor proporcionalidad. Esto es, «que la Junta General sea la foto real de la sociedad asturiana», indicó Prendes. Pero para llegar hasta ahí ya no se pone como condición 'sine qua non' la circunscripción única, que parecía la barrera infranqueable. «Hay otros mecanismos legales y eso es lo que en adelante vamos a explorar», adujo, hablando de un proceso que «no será breve» sino «riguroso y pensado».
Apartada a un lado la circunscripción única, que en las filas socialistas es vista con inquietud tanto en la dirección regional como sobre el terreno, en Occidente y Oriente, Fernández y los suyos también dieron un paso atrás. Y, en el contexto de una propuesta de reforma más genérica y menos explícita, se comprometieron tanto a impulsarla y defenderla como a pedir para su aprobación una mayoría amplia, pero no la unanimidad. Así se zanjó todo. En el marco de esa posible nueva normativa electoral, además, se contempla tanto el mantenimiento de la barrera del 3% para acceder al Parlamento regional como el desbloqueo de las listas electorales.
«Asturias necesitaba tener gobierno con urgencia para salir de la parálisis, hace falta un gobierno que gobierne», dijo Prendes en el momento de valorar el acuerdo, bendecido por Rosa Díez con su presencia en Oviedo. Acuerdo que, por cierto, recoge el planteamiento de UPyD sobre la fusión de concejos, pero igualmente rebajado en la medida en que también el PSOE cede en sus reticencias iniciales y favorece que se abra el debate.
La solución pasa por impulsar un estudio «detallado» sobre el actual mapa local, sus ventajas y sus inconvenientes, alentando tanto las fusiones voluntarias como la prestación conjunta de servicios. Y, a partir de los datos que arroje ese análisis, valorar esa reforma de la normativa legal que propicie esas fusiones, incluso por obligación. Pero ese segundo estadio quedaría todavía lejos y, en cualquier caso, también requeriría de mayorías amplias en la medida en que habría que abordar medidas «traumáticas», tal y como admitió Prendes. Por lo que, en principio, es una cuestión que se demora en el tiempo.
El pacto de legislatura, que recoge el grueso de las políticas económicas y de empleo y la defensa de los servicios públicos ya incluidas en el borrador inicial, incorpora otros dos asuntos de calado. Por un lado, la creación de una comisión parlamentaria de investigación del 'caso Renedo' que a buen seguro dará que hablar en el reinicio de la actividad en la Junta General. Por otro, la aprobación de una ley regional de acceso a la información pública y el incremento de los controles en la actividad de las distintas administraciones.
El acuerdo genera «certeza y seguridad» a los asturianos, argumentó Prendes, y recoge un catálogo de medidas e iniciativas «en las que no hay aventurerismo, sino que nos homologamos al ámbito europeo». PSOE y UPyD compartirán una agenda común y a la vez se conceden espacio libre para la iniciativa política, siempre que se respete lo firmado. El pacto ofrece, detalló Díez, salidas claras y contundentes para una situación «dramática».
Una vez sellado el acuerdo con el PSOE, que lo analizará hoy en reunión de la ejecutiva y lo valorará en público, desde UPyD no se quiso entrar en demasiados detalles sobre la falta de entendimiento con la derecha. Prendes se limitó a comparar las «al menos ocho reuniones» mantenidas con los socialistas en las últimas semanas con la «falta de respuesta» de Foro y PP a su texto inicial. Y preguntado por el ofrecimiento postrero de Francisco Álvarez-Cascos para un gabinete de coalición, indicó que el reparto de cargos forma parte de la «práctica política tradicional de los partidos» en este tipo de conversaciones, «pero nosotros nos movemos por otros intereses».
Con el acuerdo cerrado, los plazos ya están claros. El pleno de investidura comienza el martes con la presentación de los programas de los hipotéticos candidatos. La sesión continuará el miércoles con el debate en sí y la votación. Con los sufragios de PSOE, IU y UPyD en el bolsillo, Fernández tiene asegurada la Presidencia en la primera votación.
Será entonces cuando se despejen otras incógnitas. Por ejemplo, el papel que juegue IU. Tanto el coordinador, Jesús Iglesias, como el diputado nacional Gaspar Llamazares se felicitaron por el acuerdo con UPyD y precisaron que, al menos a día de hoy, su pacto con el PSOE se limita a la investidura. A partir de ahí, en la coalición no se cierran las puertas a una participación mayor, sin descartarse ni los pactos puntuales ni el consenso de legislatura ni la entrada en el Gobierno. Al menos hasta ayer esta última opción era vista como compleja, aunque es verdad que el ejemplo de Andalucía puede propiciar algún cambio de criterio.
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