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MARCO MENÉNDEZ mamenendez@elcomercio.es
Lunes, 14 de mayo 2012, 05:39
La inversión que está realizando ArcelorMittal en la compra de explotaciones de mineral de hierro podría tener una importante repercusión en Asturias. La Autoridad Portuaria de Gijón está trabajando para convertirse en 2015 en puerto distribuidor de ese mineral para las factorías industriales que la siderúrgica tiene en Europa. De esta forma, se podría dar sentido a la ampliación del puerto de El Musel que, desde que se terminó la obra en enero del año pasado, prácticamente no tiene actividad, excepción hecha de la construcción de la regasificadora de Enagás y de la habilitación de una superficie de 100.000 metros cuadrados como zona de acopio de graneles.
El proyecto pasaría por convertir El Musel en puerto 'hub' de estos tráficos de mineral de hierro. Y se espera que el incremento de los movimientos sea muy importante, no en vano la siderúrgica ya cuenta con cuatro grandes bulk-carrier en propiedad, adquiridos en los dos últimos años, con los que opera esos tráficos. En concreto, se trata de los barcos 'AM Gijón', que vino a El Musel el pasado 1 de febrero, el 'AM Ghent', 'AM Point Lisas' y 'AM Tubarao'.
ArcelorMittal invirtió más de 1.500 millones de euros en la adquisición y adecuación en Canadá de dos minas a cielo abierto propiedad de Baffinland Iron Mines Corporation.
Una de ellas es la llamada Mount Wright, que es la mina a cielo abierto más grande del estado de Quebec. En la actualidad, produce 14 millones de toneladas de mineral de hierro, aunque las previsiones de la compañía es que se llegue a los 24 millones en 2013.
Se da la circunstancia de que mediante un tren privado -línea de 420 kilómetros, con convoyes de 14.900 toneladas y 1,5 kilómetros de longitud- este mineral se lleva a la localidad de Port-Cartier, un puerto también privado, desde el que se distribuye el mineral, el 40% de la producción a clientes canadienses y el resto, a Estados Unidos, Europa y Asia.
La segunda mina es la denominada Fire Lake, ubicada sólo 55 kilómetros al sur de la anterior, aunque tiene la particularidad de que las condiciones meteorológicas y del terreno sólo permiten trabajar en ella entre mayo y octubre.
Surtir a toda Europa
El complejo industrial de Port-Cartier tiene una importancia capital en la estrategia de la siderúrgica, ya que es aquí donde se transforma el mineral de hierro en 'pellets' (pequeñas piezas de mineral ya procesado). La planta tiene una capacidad para producir 9 millones de toneladas anuales, aunque entre las previsiones está la de incrementar esa cantidad a los 18,5 millones.
El propio puerto granelero de Port-Cartier sirve para embarcar tanto los 'pellets' como el mineral de hierro en bruto. Tiene una capacidad para mover 20 millones de toneladas y tiene un tráfico anual de unos 450 barcos. Fruto de todo este plan de expansión en Canadá, las previsiones de ArcelorMittal apuntan a que el grupo alcanzará una producción de mineral de hierro de 100 millones de toneladas en 2015.
El Puerto de Gijón espera tener aquí una gran oportunidad para ser el puerto receptor de todo este mineral de hierro, bien a granel o en forma de 'pellets', para su posterior distribución por toda Europa. Hay que tener en cuenta que ArcelorMittal cuenta con plantas de producción, además de en España, en países como Francia, Italia, Bélgica, Luxemburgo, Alemania, República Checa, Polonia, Bosnia-Herzegovina, Ucrania, Rumanía y Macedonia.
Si las negociaciones que lleva a cabo la Autoridad Portuaria de Gijón con los responsables de ArcelorMittal y el proyecto salen adelante, se podrá dar ocupación a la mayor parte del Muelle Norte, que ya en los primeros planes estaba llamado a ocupar una gran terminal granelera, que contaría con 1.250 metros de longitud de atraque y calados que oscilan entre 22 y 27 metros. La anchura del muelle es de 400 metros y cuenta con una superficie de almacenamiento de 50 hectáreas.
Los primeros proyectos preveían la instalación de cuatro pórticos descargadores de 50 toneladas, lo que conferiría a la terminal una capacidad de descarga anual de 25 millones de toneladas. Podrían atracar de forma simultánea tres bulk-carriers de hasta 230.000 toneladas de peso muerto.
50 hectáreas
Pero esos eran los planes para el caso de que la EBHI abandonara el Muelle del Ingeniero Marcelino León y se trasladara a la ampliación de El Musel. Una vez desechada esa idea, debido a la bajada de los tráficos y lo alto de la inversión, las 50 hectáreas de la ampliación están disponibles para ser utilizadas en otros usos. Si el puerto gijonés se convierte en 'hub' granelero mantendría una de las funciones para las que fue creada la ampliación portuaria. Aquí se recibiría y acopiaría el material llegado de las minas de mineral de hierro canadienses. No habría problemas para almacenarlo durante bastante tiempo, a la espera de que las plantas de producción de ArcelorMittal en Europa lo demandaran. Sería entonces cuando barcos de menor porte realizarían las conexiones entre Gijón y los distintos puertos abastecedores de las acerías europeas del grupo siderúrgico.
Estos tráficos tampoco perjudicarían el normal funcionamiento de El Musel, pues la ampliación portuaria está situada justo en el canal de entrada del puerto, con lo que las complicadas maniobras de los barcos de gran porte en la nueva dársena dejarían expedito el tránsito para el resto de buques.
Pero aún falta mucho para saber si darán fruto las intenciones de la Autoridad Portuaria de Gijón, máxime teniendo en cuenta las tensiones surgidas en las últimas semanas entre el puerto y los responsables en España de ArcelorMittal a raíz del previsto incremento de un 30% de las tasas al buque y la mercancía y la eliminación de las bonificaciones a este tipo de operaciones incluidas en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado.
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