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Ricardo García Iglesias, ayer en Servicios Universitarios. :: MARIETA
«Aunque algunos crean que sí, no queda ni un resto de marisma de antes de 1950»
AVILES

«Aunque algunos crean que sí, no queda ni un resto de marisma de antes de 1950»

Ricardo García abre el ciclo de charlas de Amigos del País sobre la ría y el puerto

RAFA BALBUENA

Martes, 8 de mayo 2012, 02:27

El ingeniero industrial Ricardo García Iglesias inauguró ayer el ciclo de charlas sobre el puerto y la ría que organiza este mes la Sociedad Económica de Amigos del País. Con la premisa de «dar una visión distinta sobre algo muy cercano, pero también bastante desconocido», como se explica desde la entidad, García disertó en el Centro de Servicios Universitarios sobre la margen derecha del cauce en una mezcla de crónica, charla técnica y anecdotario que el propio ponente definió como «un esbozo entre histórico y lo sentimental».

A esto no es ajeno que García Iglesias naciese en Zeluán en 1951. Comenzó explicando «la fase de antropización -empleo del suelo para explotación humana- de la margen derecha de la ría, encauzada en 1860 con el plan de Pérez de la Sala». Fue el primer paso de un proceso de creación de suelo industrial, desecación de estuarios y construcción de infraestructuras que el ingeniero definió como «el principio de la transformación radical consumada en la segunda mitad del siglo XX».

Así, la llegada de Ensidesa, Endasa (luego Inespal y hoy Alcoa), sus empresas auxiliares y sus distintas etapas de producción y crecimiento «alteraron sustancialmente un paisaje del que no queda un sólo resto de la antigua marisma tal cual estaba antes de los años 50». En este sentido, Ricardo García no dudó en afirmar que «aunque algunos colectivos se empeñen en defender que hay pequeñas zonas que han permanecido sin cambios en todo este proceso, yo no lo creo».

Con todo y a pesar de esta acción agresiva, el paisaje y el paisanaje de la zona mantiene viva gran parte de su enjundia. Para ilustrarlo, García dividió en tramos el trayecto que va de la bocana al parque del Muelle, «ya que cada uno de ellos tiene sus características», avisó. Estas siete etapas son respectivamente «la que va del Faro al Arañón; del Emballo a la peña del Caballo; San Juan de Nieva 'de allá' y Maqua; Zeluán y San Balandrán; el tramo del Recastrón al Estrellín; el de Parque Lobos a Estibadores y el más reciente y modificado que va del Niemeyer al puente de San Sebastián». Un total de 5.500 metros en los que además del interés ecológico recuperado, los pedreros para la pesca y un paseo marítimo de lo más pintoresco, «las gentes que lo pueblan son testigos vivos de su época en los concejos de Avilés y Gozón».

Del Torrero a los 'Ricos'

Evocando el paisanaje de la zona, surgieron emotivos retratos como el del torrero Ángel, los hijos de Francisco Corostola 'Pachico', los 'Celestos', Aniceto el de San Juan, Eugenio del Recastrón, Velilla, El Parraquero, Forcada, Cortés, Marián ... Vinculados todos ellos a las lanchas que cruzaban la ría, al mantenimiento de la torre linterna, al tranvía, a las fondas marineras o incluso a la carretera que se construyó en 1940 y que llega al faro. Y se glosó a los 'Ricos', apócope de los dos Ricardos que hoy siguen siendo referencia en la margen derecha: Rico García 'El buzo' y Rico Fernández 'Roces', «hijos de Ricardo Vega, casi el patriarca de la saga».

En cuanto a casas solariegas, no faltó mención a la quinta de los Maqua en la zona homónima, o la de los Graíño en Fondo de la Cala, en las proximidades de la célebre Torre del 'Difuntín' «que hoy parece muy lejos de la ría, pero antes de la desecación de las marismas estaba justo al lado», aseveró el experto.

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