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Pilar Sampedro, ayer durante la charla. :: MARIETA
«Lo que hace daño a los jóvenes es llegar a la sexualidad desde la presión»
AVILES

«Lo que hace daño a los jóvenes es llegar a la sexualidad desde la presión»

El AMPA del instituto La Magdalena organiza un coloquio para que las familias conozcan el programa 'Ni ogros ni princesas' Pilar Sampedro Psicóloga

A. PALACIO

Martes, 24 de abril 2012, 10:02

El papel de la familia en la educación sexual de los jóvenes y el desarrollo del programa 'Ni ogros ni princesas', que gestionan las consejerías de Sanidad, de Educación y el Instituto de la Mujer, centraron ayer la charla de la escuela de padres del Instituto de La Magdalena. La psicóloga Pilar Sampedro fue la encargada de explicarles el funcionamiento del programa en el aula, así como el método de trabajo, y a la vez hablaron de los problemas más comunes a los que se enfrentan los progenitores.

-¿Con qué dificultades se encuentran los padres para hablar de sexo con sus hijos?

-Habitualmente se encuentran con que los chicos y chicas no quieren hablar de determinados temas, porque no les eligen para ello y prefieren acudir a sus compañeros. Las fuentes de información casi siempre son externas al núcleo familiar, aunque depende mucho de las familias y de cómo hayan abordado la sexualidad durante la infancia. También hay preguntas que no saben cómo responder, o desconocen cómo abordar el tema. No se trata de darle la charla a los adolescentes, sino que hay que aprovechar situaciones cotidianas que hay en casa: viendo una película, cuando se escucha una noticia, si hay algún comentario que se pueda utilizar...

-¿Hay menos tabúes por parte de los jóvenes con los padres?

-Creo que la distancia generacional siempre la ha habido y siempre va a existir. Los padres están, lógicamente, en una fase distinta a la que están sus hijos y es algo que el profesorado también nota, porque en muchos casos a los jóvenes les llega antes lo que pueda decir un compañero que lo que pueda decir un adulto. Aunque creo que los chicos se encuentran con una generación de padres más jóvenes que a lo mejor hace más fácil la posibilidad de hablar de estos temas.

-¿Estos jóvenes están mejor informados?

-Tienen más información y muchas veces más incluso que los propios padres. Internet y las nuevas tecnologías han marcado un antes y un después en el acceso a la información, y por lo tanto tienen una abundancia de páginas y posibilidad de búsqueda que no tenían sus padres. Pero una cosa es la información y otra cosa es la formación: información hay mucha, aunque no se digiere sola y hay que aprender a trabajarla.

-¿Saben utilizarla, entonces?

-Eso es algo que el programa pretende trabajar. Aspectos como la presión de grupo, la imagen corporal, las formas que tienen de relacionarse... Hay que entender también que la sexualidad es muy amplia y puede vivirse de muchas maneras. De lo contrario, la información puede ser muy restringida.

-El programa también trata la perspectiva de género y la violencia en las relaciones. ¿Preocupa más ahora?

-Lo que más preocupa siempre ha sido la prevención, los métodos anticonceptivos. Se cree que en estas edades no existe la violencia en las relaciones. La idea del programa es prevenir todas estas cuestiones y sobre todo, ayudar a la convivencia, que los jóvenes aprendan a relacionarse de una manera no violenta, que sepan que el físico no lo es todo, que es importante desarrollar otras capacidades para seducir a los demás... Al final estamos hablando de valores.

-¿Los jóvenes ahora utilizan mejor los métodos anticonceptivos?

-Creo que los jóvenes son conscientes del tema del embarazo, pero cuando salen con los colegas y lo que quieren es ligar, gustar y contarlo el lunes, el embarazo, es la última en su lista de prioridades... Es lo último en lo que piensan, no porque no esté en su cabeza o no sepan cómo utilizar un preservativo, sino que eso está por debajo de otros factores. Lo que se entiende por percepción del riesgo puede ser baja si esa persona necesita esa relación o para sentirse bien para presumir delante de los demás.

-¿Qué es lo que más inquieta a los padres?

-Que accedan pronto a las relaciones sexuales, o que lo hagan porque haya una presión y eso pueda marcarles o afectarles de una manera negativa. La sexualidad no es dañina, es una capacidad que tenemos para relacionarnos con los demás. Lo que puede hacer daño es llegar a la sexualidad no desde el deseo sino desde la presión, no desde lo que uno quiere sino desde lo que uno cree que debe hacer.

-¿Cree que ahora resulta más fácil hablar de la homosexualidad con la familia?

-Quiero creer que las generaciones que vienen tendrán mucho más fácil hablar de este tema abiertamente tanto en los centros de enseñanza como con sus familias, aunque también pienso que queda mucho camino por recorrer. La homofobia todavía existe y hay mucho miedo.

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