Estudian medidas para proteger de los argayos el barrio pongueto de Biamón

Los efectos de la última riada siguen siendo patentes casi dos meses después en el barrio pongueto de Biamón, perteneciente a la localidad de Casielles. Un tremendo argayo asoló la localidad a comienzos del pasado febrero llenando las calles de piedras y árboles y dejando una acumulación de lodo de casi un metro de altura en la plaza de la localidad. Por fortuna, y al igual que otros pequeños pueblos de montaña de la región, en Biamón ya no habita nadie de manera continua durante todo el año y sólo dos viviendas están ocupadas de forma ocasional. La suerte quiso que aquel día ninguno de estos vecinos puntuales estuviese en el pueblo.

Los efectos de aquel importante desprendimiento, que arrastró toneladas de rocas, tierra y árboles, acaban de ser examinados por el nuevo director del Parque Natural de Ponga, Rubén Rodríguez, quien señaló que se está analizando cómo se puede limpiar este pueblo para que recupere un aspecto similar al original y también se contempla instalar algún tipo de medida de protección para proteger a la localidad de futuros argayos.

«Fue un desprendimiento de monte público que semiarrasó el pueblo. Por suerte está casi abandonado y ese día no había nadie», explica Rodríguez. El director del Parque Natural de Ponga apunta que la ladera que se vino abajo «estaba arbolada con hayas adultas y bien conservada». Por este motivo estima que la causa principal de aquel desprendimiento debieron ser las fuertes lluvias de comienzos de febrero, que dejaron todo la tierra reblandecida, sumadas a la gran pendiente que tenía esa franja de terreno, algo bastante común en un municipio tan montañoso como es el de Ponga.