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DIANA DE MIGUEL
Miércoles, 28 de marzo 2012, 19:29
Los sindicatos pretenden que este jueves Asturias, como el resto de España, se pare. Aquí ocurrió ya durante la última huelga general, en septiembre de 2010, bajo la que subyacía, como ahora, una reforma laboral ya en vigor. Pero en esta ocasión prevén que la incidencia de la convocatoria sea aún mayor. Llevan varias semanas de intensa campaña de «concienciación» en los centros de trabajo ante lo que consideran «la mayor agresión a los derechos laborales de la democracia» y aseguran contar con el apoyo de los trabajadores para que la convocatoria de huelga sea un éxito. La representación sindical de más de 700 empresas -entre las que se encuentra Alsa, Renfe, Feve, Hunosa, ArcelorMittal y HC Energía- y más de 200 asociaciones culturales y partidos políticos han anunciado su adhesión a la convocatoria.
La valoración de los sindicatos dista mucho de la que realizan los empresarios que comparten su apreciación de que la incidencia podría superar a la de la última huelga general, pero no los motivos. Lo que existe, aseguraba ayer el secretario general de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade), Alberto González, es «mucha preocupación» por lo que pueda pasar. Sobre todo, argumenta, al no haberse alcanzado acuerdos con los sindicatos sobre los servicios mínimos en sectores neurálgicos como el transporte, que resultan claves para medir el éxito o el fracaso de una huelga.
Además de en el transporte, no se han alcanzado acuerdos con los sindicatos sobre los servicios mínimos que funcionarán en la administración autonómica, educación y sanidad. Tampoco en grandes ayuntamientos, como el de Avilés, ha sido posible el acuerdo. Otros, como el de Gijón, tienen los mínimos regulados por convenio y serán los que estén mañana en vigor y algunos como Oviedo también funcionarán con mínimos, aunque en esta ocasión sin haberlos negociado con los sindicatos. Donde sí se acordaron mínimos fue en el transporte sanitario, la Radio Televisión Pública del Principado y la administración central y ayer por la tarde seguían negociándose los que funcionarán en las empresas auxiliares de limpieza que trabajan en sanidad y donde, previsiblemente, el jueves se trabajará como en un día festivo.
Los empresarios son conscientes de que los sindicatos se están empleando a fondo para lograr que la convocatoria sea un éxito y perciben una mayor «tensión» que en la anterior convocatoria. Pese a todo, desde Fade aseguran que ninguno de sus asociados les ha comunicado que vayan a cerrar sus negocios al constatar que «los trabajadores no están por la labor de hacer huelga». Por eso, en la circular que han enviado a sus asociados, les piden que «siempre que las circunstancias se lo permitan», procedan a la apertura de los centros de trabajo a las horas habituales. La dirección de la empresa podrá, no obstante, adoptar en cada momento las medidas que considere más convenientes. Entre ellas, el cierre patronal, en el caso de que se impida gravemente el proceso normal de producción aunque, precisan, «en ningún caso podrá utilizarse el cierre patronal para impedir la huelga, presionar para que se ponga fin a la misma o sancionar a los huelguistas».
Los sindicatos insisten en que su pretensión es que los trabajadores secunde la huelga de forma «responsable y pacífica». Anuncian eso sí la presencia de «numerosos» piquetes informativos que actuarán «de manera pacífica» porque, según aseguró ayer el secretario general de UGT, Justo Rodríguez Braga, «no hay ninguna intención de confrontar ni con el Gobierno ni con la delegación del Gobierno en Asturias».
Así se afronta la convocatoria en algunos de los sectores más representativos de la región.
Comercio, tiendas de alimentación y medianas superficies no ocultan su preocupación cuando se les pregunta por lo que puede pasar mañana «cuando lo que de verdad nos debería preocupar es la situación económica». En la Federación Asturiana de Comercio son conscientes de que serán uno de los objetivos de los piquetes y no dudan en asumir que «habrá presiones, más incluso que en la anterior huelga» aunque insisten en que «el ambiente no está para huelgas». También las medianas y grandes superficies cuentan con poder abrir sus establecimientos. Otros sectores, como la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos de Asturias han manifestado su adhesión a la huelga ante una reforma laboral que «lejos de favorecer al sector del autoempleo, nos sitúa en peores condiciones para afrontar la crisis».
Los sindicatos auguran un éxito total del paro en este sector y los propios empresarios se preparan para asistir a un parón prácticamente total en la producción de las principales empresas de la región. Se respetarán eso sí los procesos que necesitan continuidad. Las industrias que más dificultades tendrán para abrir sus puertas serán las instaladas en los polígonos industriales donde se concentrará la acción de los piquetes.
Los sindicatos han puesto el acento en la necesidad de que los trabajadores de este sector, que soportarán junto al metal la mitad de los empleos que se perderán con la aplicación de la nueva reforma laboral, secunden la convocatoria. Esperan un respaldo masivo, como ocurrió en 2010, con el parón de las grandes infraestructuras que están en marcha como la variante de Pajares, la regasificadora de El Musel, las descargas en El Musel o el suministro de carbón a las térmicas, así como las principales promociones.
Habrá servicios mínimos pactados en el transporte sanitario, a diferencia de lo que ha ocurrido con el resto del transporte (carretera y viajeros) donde no ha sido posible alcanzar un acuerdo. En cuanto a los mínimos del 112, la administración regional ha establecido como obligatoria la asistencia de siete personas en la sala de coordinación de emergencias (seis coordinadores operadores y un supervisor) durante el turno de mañana, nueve en el turno de tarde y cuatro en el de noche.
Los problemas para garantizar el transporte escolar, ante la falta de acuerdo sobre los servicios mínimos, hace prever que muchos padres optarán por no llevar a sus hijos a los centros que, no obstante, permanecerán abiertos. Suatea rechazó los servicios mínimos que la administración pretendía «imponer por considerar que solo serían aceptables los equivalentes a un día festivo» y llama a secundar la huelga. También la junta de personal docente no universitario se ha sumado a la convocatoria de huelga.
Aunque sin acuerdo, la administración autonómica ha establecido los servicios mínimos que funcionarán en áreas como la de administración de justicia donde, por ejemplo, cada juzgado contará con entre dos y tres funcionarios. Se espera un mayor seguimiento que en la anterior convocatoria.
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