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RAFA BALBUENA
Miércoles, 28 de marzo 2012, 05:29
Reconocido como uno de los mayores conocedores e intérpretes de Johann Sebastian Bach, Adolfo Gutiérrez Viejo actúa esta tarde en la Semana de Música Religiosa. Será en Santo Tomás de Cantorbery a las 20.15 horas, con un concierto que el maestro organista califica de «accesible, pero sin que falte la intensidad necesaria para abordar una cita de este emotividad».
-¿Qué clase de repertorio ha escogido para su concierto de Avilés?
-Llevo mucho tiempo especializado en Bach, y como ya estoy en una etapa avanzada de mi vida, me apetece volver sobre lo que más me ha impactado en todos estos años. Por ello, he seleccionado ocho preludios y fugas de Johann Sebastian, de su etapa en Weimar y Cöthen.
-¿Tienen esas piezas algún factor común?
-Dentro de la línea del compositor, que siempre hizo música sagrada, estas son quizá las únicas obras suyas que tienen parte de componente profano.
-¿Y las interpreta siempre del mismo modo?
-Bach es uno de esos clásicos que admiten nuevas lecturas para cada concierto. La grandeza de su legado, tan ingente por otra parte, es de una profundidad que permite encontrar matices distintos, si se sabe la forma de hallarlos, naturalmente.
-¿Qué características exige un órgano para este fin?
-En general hay que hacer una distinción básica. En Europa hay dos tipos de órgano, el del norte y el latino. Por cuestiones de conservación y de climatología, los que se hicieron en España en la época barroca eran simples, de un solo teclado, mientras en Centroeuropa era de tres teclados y pedal continuo. Esto motiva que en nuestro país la obra organística de Bach haya sido conocida en su esplendor de modo muy tardío.
-¿Eso modifica su actuación en la Semana
-No, por suerte el órgano de Avilés está perfectamente preparado para este tipo de músicas. Lo que quiero decir es que con un órgano latino las piezas de Bach suenan más como si fuesen obras de cámara, y al norte de Francia suenan de modo sinfónico, simplificando la idea.
-¿Hay algún organista que le haya sorprendido últimamente?
-Yo he sido profesor en Alemania y allí he escuchado grandes talentos. Hay infinidad de ellos también en Francia y España, por suerte, y tanto en la tradición barroca como en la romántica, y hasta en las vanguardias, estamos en una etapa muy buena para el instrumento.
-¿También en música contemporánea?
-Sí. Yo dirijo el 'Proyecto órgano ibérico siglo XXI', y en él reivindico tanto la composición tradicional como su uso en música de vanguardia. Trabajando con muchos compositores electroacústicos, me han reconocido la utilidad de un órgano clásico en este ámbito, que se ajusta a sus métodos de trabajo igual que lo hacen los ordenadores o los instrumentos sintéticos.
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