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ANDRÉS SUÁREZ
Martes, 27 de marzo 2012, 03:48
Dos campañas electorales después, dos citas con las urnas después, dos recuentos después, el color político del Gobierno que regirá los destinos de Asturias en los poco más de tres años que restan de legislatura sigue sin estar claro. Y no lo está porque tan apretado ha sido el resultado en la circunscripción occidental que uno de los seis escaños en juego, ahora en posesión de Foro, baila y podría caer en manos del PSOE, lo que daría un vuelco al escenario. De la situación actual, con una mayoría de 23 diputados para el partido de Francisco Álvarez-Cascos y el PP, se pasaría a un empate a 22 entre la derecha y la izquierda, lo que situaría a UPyD, de estreno en la Junta General, como árbitro del partido y responsable de decidir el nombre del futuro presidente de la región. Todo depende ahora del sentido del voto de los más de 4.000 asturianos del exterior que solicitaron el voto por correo, que se clasificará y contabilizará mañana.
O, más en concreto, de la parte de esos 4.000 emigrantes asturianos -exactamente 4.286, según los datos del INE- que finalmente hayan convertido su solicitud en un voto firme y que además estén adscritos a la circunscripción occidental, donde está el meollo del asunto. Por ese preciado escaño batallan su ahora poseedora, Carolina Morilla, y el aspirante, Francisco González, alcalde socialista de Cudillero. Esos sufragios ya han comenzado a llegar a la junta electoral -hasta el momento unos 300- y comenzarán a contarse a primera hora de mañana.
¿Es posible que el PSOE le dé la vuelta a la situación y consiga el escaño 17? Nadie lo tiene muy claro. En las filas socialistas se considera factible, aunque nadie esconde que es complicado. Quizá el más pesimista sea el propio interesado, Francisco González. «Es imposible de todo punto», dijo ayer. En la cúpula de la Federación Socialista Asturiana, que escudriña con detalle las cifras y los porcentajes necesarios, se confía en el 'milagro', aunque nadie se atreve a echar las campanas al vuelo.
Participación a la baja
En su contra juega la escasa participación del colectivo emigrante, tradicionalmente modesta y más aún desde que se instaló -lo hizo además un Gobierno del PSOE- el enrevesado sistema del voto rogado. En las autonómicas de mayo fueron 8.477 los asturianos en el extranjero que cumplimentaron el trámite previo de votación, aunque finalmente solo lo hicieron 3.290. Esta vez, las solicitudes autorizadas bordean las 4.300, a la espera de ver cuantas se materializan. Hace diez meses, el PSOE se llevó en el Occidente 500 votos de esta bolsa, frente a los 252 del PP y los 42 de Foro.
Hasta ayer, la junta electoral había recibido unos 300 votos de ese total de 4.000 registrados. La cifra irá creciendo, porque esta primera remesa corresponde a los que han llegado por correo certificado y, por tanto, con mayor premura. La mayoría llegan por valija diplomática, lo que demora el proceso en la medida en que Correos espera a tenerlos todos antes de remitirlos al organismo electoral competente.
La espera pone a prueba los nervios de la clase política asturiana, que aguarda con creciente interés a que a las 8.00 de mañana se cierre el plazo de recepción. Los partidos, eso sí, intentan aparentar tranquilidad. El aspirante socialista a la Presidencia, que en caso de conseguir el escaño en liza vería seriamente reforzadas sus opciones, habló de un momento «importante» que aguarda «atento, pero sin ansiedad». Javier Fernández trasladó ayer el mensaje de que peleará por el cargo, independientemente del enésimo recuento, y convocó para mañana, en paralelo a ese proceso, a IU, su potencial aliado, para iniciar el proceso de conversaciones en busca de la configuración de un Ejecutivo «estable» para la comunidad. A continuación, esta misma semana si es posible, quiere repetir la fórmula con los candidatos de Foro, PP y UPyD.
El resto de partidos analiza la cuestión con un poco más de distanciamiento. Foro, porque mira ya al escenario que arrojaron las urnas el domingo, con 23 diputados sumando los 10 del PP, y desde el principio de que ambas organizaciones están «condenadas a entenderse». Los populares, mientras, intentan sobreponerse a la decepción que supuso el estancamiento en las urnas y, más allá de las valoraciones de sus líderes nacionales, en Asturias aguardan al recuento del voto emigrante antes de salir a escena y ofrecer un posicionamiento claro.
Las dudas de IU
En cuanto a IU, teóricamente beneficiado de un trasvase del escaño al PSOE por cuanto que la izquierda rompería la mayoría de la derecha e igualaría a 22, sus responsables dejan entrever inquietudes. La principal, que todo quedaría en manos de UPyD, partido con el que la coalición no tiene precisamente gran afinidad política. El candidato y coordinador, Jesús Iglesias, ubicó en la derecha a la formación de Ignacio Prendes y sembró dudas sobre la posibilidad de un acuerdo tripartito.
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