Cáritas de Pola de Siero aumentó un 40% las asistencias en 2011

La Unidad Parroquial de Acción Pastoral (UPAP) de Cáritas, de Pola de Siero, incrementó en 2011 un 40% las atenciones básicas a las familias, lo que supone el mayor crecimiento de asistencias jamás registrado en un solo año, según explicó ayer a este diario el director de Cáritas Parroquial, José Ramón Paredes. Otro dato significativo es el aumento de las familias que acuden por primera vez en busca de ayuda.

En el año 2009, se contabilizó un promedio mensual de 45 familias que requirieron vales, alimentos, ropa u otras prestaciones. Esa cifra aumentó a 50 familias de media mensual en 2010, hasta alcanzar las 71 familias durante el pasado año con un total de 301 miembros. El ejercicio 2011 se cerró con 35.100 ayudas.

Ese volumen asistencial supone para la UPAP de Pola de Siero -que engloba a las parroquias de Pola, Celles, Marcenao, Samartino y Muñó- un gasto medio que ya supera los 3.000 euros mensuales, según indicó Paredes, quien estima que para este nuevo ejercicio van a necesitar un presupuesto de 45.000 euros «como mínimo, porque la situación está muy mal, pero este año puede ser aún peor», advierte el director.

Según explica Paredes, el perfil actual de los demandantes de ayuda en Cáritas son «familias sin trabajo y con hijos, de menos de 40 años, que están pagando una hipoteca o una renta». También acuden personas mayores, cuya pensión no les alcanza para sobrevivir. Y añadió que, en este momento, aquellas personas que perciben el salario social o poseen una vivienda protegida «pueden considerarse unos privilegiados».

Al local de Cáritas, sito en la calle de Celleruelo, número 12, de Pola de Siero, acuden todo tipo de personas, aunque han aumentado las residentes en la zona. «Desde el último trimestre de 2011, notamos la presencia de familias que no habían venido nunca», subraya Paredes.

Una experiencia traumática

La experiencia suele ser bastante traumática para esas personas que acuden por primera vez al cobijo de Cáritas. «Lo pasan muy mal y les cuesta mucho trabajo dar el paso», explica el director. Son, generalmente, esos matrimonios jóvenes que hasta entonces habían recurrido a la familia, «pero llega un momento en que ésta tampoco puede ayudarles».

Los voluntarios solicitan algunos datos de los ingresos de esas familias para poder diagnosticar su situación. Y entonces les proporcionan comida, vales de alimentos o ropa, pero también les sufragan los recibos de la luz, el gas, material escolar o los alquileres de las viviendas. En 2011, la UPAP de Cáritas de Pola de Siero abonó 7.041 euros en rentas y otros 1.700 euros en recibos de la luz y el gas.

Esta situación de emergencia ha obligado a la organización a ampliar su horario de atención a las familias de los viernes, que pasó de dos a cuatro horas. El reparto se realiza también el resto de los días de la semana, salvo el jueves, que lo dedican a clasificar el material.

Atención a transeúntes

Por otro lado, Cáritas Parroquial se ocupa también de la atención a los transeúntes, a quienes se proporciona ducha, ropa y comida. Ese servicio se incrementó también un 10% con respecto a 2010. Los almuerzos se preparan en el local poleso (un total de 1.496), pero en los días festivos también ofrecen comidas en un bar o en el Hogar del Jubilado de Pola de Siero. El año pasado gastaron 884 euros en esas comidas externas. Los transeúntes pueden acudir hasta tres veces al mes y también se les proporciona sacos de dormir, ya que en la Pola no existe servicio de alojamiento.

La financiación de Cáritas en 2011 procedió de colectas (17.738 euros), de dos subvenciones del Ayuntamiento (10.403 euros), del cepo de la iglesia y donativos (8.820 euros) o de cuotas de socios (256 euros), entre otros. También reciben alguna donación concreta, como la que les dio la Residencia Santa Cecilia, de Les Campes, de leche para los niños, pañales y material de aseo.