«Vamos a poner a caldo perejil a unos cuantos»

No sueltan prenda. Ni de las coplillas que, llenas de ironía y cierta guasa, pondrán a «caldo perejil» a más de un político y deportista; ni tampoco de los disfraces que lucirán a lo largo del Antroxu que se avecina. Lo que sí garantizan las doce charangas participantes en este carnaval de 2012 es «mucha folixa y sorpresas, porque lo importante en esta época del año es pasárselo bien y, de paso y si se puede, reivindicar otras tantas cosas».

Poco a poco los ensayos de cánticos, bailes y ritmos, además de largas y coloridas confecciones de disfraces, van dando forma al periodo en el que don Carnal se pone la careta con el expreso objetivo de satirizar y divertirse.

Pero no dan ni una pista. Por eso de garantizar la sorpresa y, de paso, no ni un ápice de ventaja a las charangas rivales. «¡Ay, ay, ay, ay! ¿Os lo adelantó alguna?», inquiría entre risas Isabel Fernández Ordieres, de la charanga Xolgoriu Baxu El Horru, quien prefiere que la gente descubra por si misma la sorpresa. «Vamos a tener la misma folixa de todos los años», garantizaba.

De las coplas que cada agrupación defenderá sobre el escenario del teatro Jovellanos los próximos días 18 y 19 avanzan lo justo. «Han ocurrido muchísimas cosas que dan pie a nuestras coplas, desde el deporte a la política», adelantaba Conchita Martínez, de Los Restallones, una charanga que, «obviamente y como novedad», tampoco quiso ofrecer detalle alguno de su indumentaria.

Mientras, Miguel Ángel Palacio, de Los Acoplaos, reivindicaba la importancia de unos festejos que, más allá del pleno disfrute, también sirven para poner ciertas cosas en su sitio: «Hay que aprovechar estas fiestas para reivindicar muchas cosas. Nosotros tenemos muchas cosas que decir, ¡incluso tuvimos que cortar para que alguno no se sintiera ofendido!», bromeó, mientras recordaba «un periodo de la historia en el que estas cosas eran imposibles».

Con más secretos que novedades -«para no estropear las sorpresas»-, estas charangas iniciarán el próximo día 17 cuatro días de máximo disfrute.