Descartada la enfermedad mental del autor del tiroteo de La Maruca

Moisés F. M, el autor confeso de los disparos que en junio de 2010 mataron a Roberto Lazcano y Osman Asam en La Maruca, no padece ninguna enfermedad mental y los alucinaciones que asegura haber sufrido en la cárcel son «un intento de simulación de enfermedad mental» para buscar «obtener ventajas en el proceso penal».

Es la conclusión alcanzada por los forenses del juzgado de León después de haber entrevistado a Moisés F. M a petición de la acusación particular, ejercida por el abogado José Ramón Nistal.

De esta forma, el letrado respondía a un informe presentado por la defensa de Moisés F. M,a cargo del abogado Ignacio Hernando, en la que se señalaba que sufría alucinaciones, en concreto veía en la cárcel «hombres de negro».

En el informe presentado por la defensa, también se explicó que Moisés aseguró ver en la prisión leonesa a los fallecidos que lo perseguían y le decían frases amenazantes. De hecho, el médico del centro penitenciario le diagnóstico ansiedad, facilitándole tratamiento farmacológico.

Después de ese informe planteado por la defensa del autor confeso de los hechos, la acusación particular reclamó la opinión pericial del Instituto de Medicina Legal. El equipo forense recoge toda la vida de Moisés F. M, donde no faltan episodios como su adicción a la cocaína que había superado y donde recayó en abril de 2010 después de haber sufrido una paliza por parte de los Lazcano. Tras esos episodios, también siguió un tratamiento para la ansiedad.

Esto, explican los psiquiatras, no evitó que Moisés F. M. fuese consciente de la naturaleza de los hechos que sucedieron en junio de 2010, comprendiendo sus consecuencias.

Después de haberlo entrevistado, los forenses, consideran las alucinaciones de Moisés F. M. responden más «al relato de síntomas psiquiátricos» y a un «intento de simulación de la enfermedad» que al hecho de padecerla.

En el informe también aparecen otros datos facilitados por el propio Moisés, como que la pistola empleada en el tiroteo fue adquirida en «el puerto a un portugués por 1.200 euros».

Tras este informe, es posible que las dos partes cierren ya sus peticiones de pruebas. En el otro asunto pendiente, la titularidad del teléfono móvil desde el que se amenazó a Moisés F. M, la compañía ratificó que la operación comercial había sido hecha en nombre de la esposa de Moisés.

En esta situación, el titular del juzgado de Instrucción Número 2 de Avilés decidirá la continuidad del expediente, redactando el auto de procedimiento para una vista que, con toda seguridad, se resolverá con jurado popular en la Audiencia Provincial.