Rito musical en la Catedral

Más que la interpretación de una obra sinfónico coral, escuchar 'El Mesías' de Haendel en la Catedral de Oviedo, es, desde hace más de un cuarto de siglo, un rito que preludia las fiestas navideñas. Como en todos los ritos, el carácter reiterativo no significa que sea una repetición fría y seca, sino una corriente de emoción musical siempre nueva por la que, como dice el programa, 'Europa canta a la Navidad', y este canto se escuchó ayer en una abarrotada Catedral de Oviedo, con presencia del arzobispo Jesús Sanz Montes, entre otras personalidades políticas y sociales.

'El Mesías' estuvo interpretado por la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) y el Coro de la Fundación Príncipe de Asturias, y los solistas Maria Espada (soprano), Cristina Faus (Mezzosoprano), Agustín Prunell-Friend (tenor) y Alfredo García (bajo), dirigidos todos ellos por Jonas Alber.

La versión de este joven director alemán con una gran experiencia musical, fue muy natural, equidistante de las versiones puristas de los últimos años y de otras más románticas. Los tiempos fueron muy fluidos, con cierta tendencia a ralentizar y, en general, bastante cómodos para los cantantes y la orquesta. Entre los solistas destacó la bellísima actuación de María Espada, dentro de un conjunto muy equilibrado, difícil de conseguir. El coro estuvo muy bien empastado, ya que tiene muy madurada la obra. Estuvieron especialmente afortunados en 'Porque un niño nos ha nacido' y tuvo algún momento de vacilación en el coral 'Rompamos las ataduras'. En general, muy expresivo y con una afinación perfecta. Al finalizar el oratorio, como otros años, se interpretó el popular 'Noche de paz' junto al público.