«Rafael mató a su mujer porque él se moría y la dejaba sola»

En el rosario de quejas de familiares de enfermos de Alzheimer contra la Ley de la Dependencia Laureano Caicoya sólo desliza un nombre propio: Rafael. Se refiere a Rafael de Luis, el ovetense de 89 años que, en diciembre de 2006, mató a su esposa, la también octogenaria María Josefa Ronderos, y luego se suicidó.

El presidente de la Fundación Alzheimer Asturias recuerda con dolor aquel frío día de diciembre, en el que comenzó a oír que había un nuevo crimen de violencia de género en Oviedo. Cuando supo los nombres de las víctimas, levantó el teléfono y llamó «no podía dejar que dijeran eso. Rafael mató a su mujer porque él se moría y sabía que ella se quedaba sola».

Porque Josefa padecía Alzheimer en su estadío más elevado, el III, que supone la completa indefensión del paciente, que no puede ni moverse, ni alimentarse y, muchas veces, ni respirar. «Él se encargaba de todo: la lavaba, le cambiaba los pañales, le daba de comer... Pero él también estaba enfermo». De Luis tenía cáncer de próstata «y cuando supo que le quedaba poco, decidió acabar con todo. Le dijo 'te quiero, mi amor, pero no te voy a dejar aquí solina'». Y la mató. Y se mató.

Más servicios que pagas

¿Hubiera ocurrido esa tragedia con más apoyo? «No se puede saber, pero Rafael actuó por desesperación. La mayoría de las familias están desesperadas», dice Caicoya. En su opinión, lo verdaderamente importante «es que se den servicios profesionales», petición en la que coincide con la expresada por los expertos del Observatorio de la Dependencia y por los empresarios de la patronal geriátrica asturiana.

Con un 15% de plazas geriátricas vacías y más de 7.000 asturianos cobrando por cuidar de un pariente con dependencia, los empresarios y los expertos creen que la situación debería invertirse, porque como dice el Observatorio de la Dependencia, «con las 7.000 nóminas a familiares en Asturias se podrían crear 2.300 empleos.