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Sergio Buelga, durante una competición de liriu. :: E. C.
El deporte de los mil nombres
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El deporte de los mil nombres

El liriu, una práctica deportiva a la que se viene jugando en Asturias desde hace décadas, vive al alza

MIGUEL FERNANDI

Martes, 1 de noviembre 2011, 03:41

¿Qué es el liriu? No es nada nuevo. Al contrario. Se trata de un deporte que se ha venido practicando durante décadas en Asturias, aunque su juego se extiende por muchas zonas del mundo. «La acción motriz del liriu no es exclusiva del Principado. Se extiende desde el 'guilli danda' de la India, que hasta tiene juegos para videoconsolas, hasta la quimbumbia cubana», señala Sergio Buelga, del equipo Espor d'Asturies. «La simplicidad de los requerimientos materiales y espaciales del juego posibilita esta expansión, que se repite en la península Ibérica. 'Pic i pala' en Valencia, 'bélit' en Cataluña, 'irulario' en el País Vasco o 'bilharda' en Galicia son algunos de los nombres que recibe», añade.

Asturias no es ajena a esa multiplicidad de nombres. «Quizás por liriu no le suene mucha gente, pero sí que es posible que recuerden de su infancia el liriulariu, el palu, el paliyu, la bríndola, la bigarda, la gocha, o la salta barrana».

Las reglas presentan variantes dependiendo de la zona en la que se encuentre el jugador, aunque su funcionamento general es coincidente. El juego se practica con dos palos: uno largo, de medio metro como mínimo, llamado 'machorra'; y otro corto, de unos 20 centímetros, afilado por los extremos, y que se denomina 'liriu'. La acción motriz es sencilla: tiene que levantarse el liriu del suelo golpeándolo con el extremo de la machorra y, una vez que el liriu esté en el aire, darle de nuevo para alejarlo. Este es el fundamento de este deporte.

La forma de jugar, después, son numerosas. Desde enviar el liriu lo más lejos que se pueda hasta clavar la machorra en el suelo el mayor número de veces posible mientras el resto de jugadores corren por traer el liriu a donde está situado el machorrador. La modalidad que se utiliza en el Conceyu Nacional de Liriu trata de 'encastrar' el liriu dentro de un área circular situada a unos 35 metros del inicio, venciendo aquel que necesite un menor número de intentos para lograrlo.

La creación, precisamente, del Conceyu Nacional de Liriu ha servido para relanzar la práctica de este juego, aunque Buelga, uno de los mejores jugadores de la especialidad de Asturias, aclara que «el Conceyu no es una federación, sino el marco que los que nos gusta el juego lo venimos utilizando desde el 2008 para recuperar la práctica del mismo, dotándolo de una reglamentación común y de un calendario de actividades».

Desde el año 2009 se viene debatiendo, ante la inexistencia de facto de una Federación Asturiana de Xuegos Tradicionales que ofrezca un marco oficial, la posibilidad de crear una Federación de Liriu. Pero tampoco es un tema que les preocupe demasiado «puesto que la principal motivación que nos impulsa a ello es el tema de los seguros». El Conceyu, de momento, cubre todas sus necesidades.

En el Principado coexisten cuatro equipos de esta modalidad deportiva: Asturliriu de Castrillón (que este año participó dividido en hombres y mujeres), Camaretá de Liriu de Noreña, Sidrones de Gijón y Quirinal Liriu Sport, que conquistó esta temporada el campeonato autonómico.

Galicia, a años luz

No sólo eso. Asturias juega contra Galicia todos los meses de octubre desde hace cinco años en la denominada a Copa Cantábrica de Liriu/Bilharda. Buelga reconoce que «nos llevan años de ventaja con una organización excelente a cargo de la Liga Nacional de Bilharda y en esta ocasión nos han vencido». De todas formas, no se descarta que se organicen otro tipo de torneos con otras comunidades.

A juicio de Buelga, el Liriu ha ido ganando fuerza en los últimos seis años. «Ahora existe una infraestructura, una red de equipos, una normativa alrededor de la cual se ha deportificado... Se ha sacado del olvido y se le ha dado entidad». Pero aún queda la segunda parte: su expansión. «Y es empeño de los integrantes del Conceyu Nacional de Liriu llevarlo a los colegios, ofrecerlo al público que curiosea durante las competiciones. Y tanto el trabajo de recuperación como nuestros proyectos de expansión son algo que nos llena de orgullo por colaborar con nuestras acciones al desarrollo de la cultura asturiana con nuestros recursos personales, salvo pequeñas colaboraciones puntuales en la cesión de equipamientos públicos», puntualiza Buelga.

Sin embargo, si algo llama la atención, es que no se suelen planear entrenamientos como en cualquier otro deporte. «La competición es una excusa en realidad. Sirve de exhibición del juego, de punto de encuentro y de forma de diversión, puesto que el juego siempre va acompañado de lo que conocemos como 'espicha isotónica», explica este miembro del equipo Espor d'Asturies. «Hay que estar bien alimentados para hacer deporte», insiste Sergio Buelga.

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